Ya es conocido el impacto que ha tenido la ley del tabaco en los ingresos de sectores ligados al ámbito gastronómico, de la diversión y el turismo, pero eso no es excusa para que en aras de revertir esas bajas en los ingresos se hagan intervenciones que atenten contra lo que alguna vez se propuso como un aporte a la arquitectura y el turismo local y regional.
El casino de Antofagasta para aumentar sus ingresos y dar cabida a los fumadores instaló frente a su hotel y casino una carpa y en ella instaló las máquinas tragamonedas, ¿ese era su aporte al turismo? La mantuvo por varios meses y ahora construye un galpón en lo que es su explanada de ingreso, que era amplia y con un espejo de agua, de estructura de metal y vidrio que imaginamos ahora pretenderá ser definitivo.
Cuando el casino se inauguró, uno de sus arquitectos alababa la construcción y al describirla decía que la nueva estructura “conversaba” con las ruinas de Huanchaca, y que toda la arquitectura se había hecho pensando en armonizar con lo que queda de la fundición de plata. Esa impresión no se alejaba de la realidad para cualquier lego en la materia, ya que esta nueva edificación no dañaba y por el contrario, era un buen aporte a todo el sector.
¿Cón quién conversa esta nueva estructura que construye el casino? Al parecer con la única que dialoga es con el polémico galpón que se construye al interior del puerto que acopiará concentrado de cobre.
Y no es el único “aporte turístico” que grandes empresas hacen a la ciudad. Frente al Mall Antofagasta, en el estacionamiento frontal de ese centro comercial, la empresa Entel instaló desde hace meses una carpa y la escusa para ello es que están remodelando sus oficinas al interior del Mall.
Imaginamos que la remodelación será fastuosa porque está demorando más que el tiempo de instalación del propio Mall. ¿Con quién “conversará” la carpa de Entel? ¿Con las carpas de los circos que se colocan cada cierto tiempo en el sitio baldío que el puerto vendió a una empresa santiaguina? Por lo pronto, esa empresa capitalina arrienda el terreno para circos, parques de entretenciones o ferias, un verdadero “aporte turístico” en pleno corazón de la ciudad.
Esta falta de respeto hacia nuestra ciudad y sus habitantes de estas grandes empresas es sólo comparable al del propio Estado que piensan que nuestra región es sólo para recaudar dinero, pero cuando se trata de invertir es otra cosa, ¿para qué? Si basta una carpa o un galpón para recaudar el dinero y llevárselo a Santiago. Para los antofagastinos, las carpas, los galpones, la contaminación.
Según aquel arquitecto, las edificaciones “conversan”, conversan de cómo nos roban más.
Foto: @carmencita5548
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