Inmueble en Plaza Pablo Neruda de Antofagasta era llamada «la casa del terror»: Fiscal insta a tomar acciones con espacios abandonados

Estructuras abandonadas las que, a pesar de ubicarse cerca de puntos con gran concurrencia, nadie sabe lo que pasa en su interior. Este es el factor común que la semana pasada tuvieron dos homicidios de alto impacto en Antofagasta, cuyas víctimas terminaron calcinadas en el interior del exRegistro Civil del sector norte y en una galería sin utilizar en la plaza Pablo Neruda, en la costanera centro norte. De hecho, en este último punto era conocido como la “casa del terror”. Ambos crímenes ya registran detenidos, sin embargo, el fiscal regional Juan Castro Bekios manifestó que, si no se aplica una prevención situacional del delito por parte de las autoridades, esta clase de espacios abandonados continuarán siendo un elemento que determinará una mayor incidencia de eventos criminales.

El primer homicidio sucedió en las oficinas del Registro Civil que fue quemado a fines del 2019 y aunque más tarde se había comprometido la recuperación de la estructura para un nuevo uso, aquello hasta el momento sigue sin concretarse. El domingo pasado, un chileno de 25 años, quien fue detenido como posible responsable del hecho, discutió con la víctima y tras ello lanzó un elemento impregnado de acelerante al interior del inmueble en la Plaza Bicentenario de Antofagasta.

El pasado jueves transeúntes encontraron otro cuerpo calcinado, esta vez, en un sector de galerías que permanece en abandono en la plaza Pablo Neruda en la costanera. La identificación del fallecido seguía pendiente y por el crimen detuvieron a dos venezolanos en situación migratoria irregular. La detención de los dos sujetos fue ampliada hasta hoy por el Juzgado de Garantía, jornada en la que se conocerían los detalles de la dinámica y la motivación del homicidio.

Para el jefe del Ministerio Público en la región, las características de abandono en los lugares donde se perpetraron los crímenes llevan a que, en estos puntos, o en sus alrededores, sucedan diferentes clases de ilícitos. El fiscal dijo que signos visibles de desinterés y deterioro de determinados ambientes incitan a comportamientos delictivos.

“No cuesta mucho imaginarse que una persona que transite por los alrededores de la plaza Pablo Neruda, si fuera abordada por algún sujeto ya sea un robo con intimidación, con violencia u otro, qué mejor lugar para la comisión de ese delito que un sitio de estas características, en absoluto estado de abandono, donde la víctima queda a merced del victimario”, advirtió.

• ¿Cuál es la incidencia de los espacios abandonados en el sector urbano en la seguridad pública, específicamente a partir de los últimos episodios de homicidios en la ciudad de Antofagasta?

La situación de espacios de abandono, como en este caso, que era un lugar ubicado en una plaza pública y que entiendo inicialmente estaba destinado a albergar locales comerciales, pero que en definitiva termina completamente abandonado, son factores que han sido estudiados por la criminología respecto a cuál es la influencia de este tipo de sectores. Es una materia que se denomina ambiental, una rama de la criminología que se enfoca en el estudio de cómo el entorno físico puede tener influencia en la incidencia y en la distribución de la criminalidad. Esto significa que el ambiente en el que las personas desarrollan sus actividades cotidianas puede ser un factor determinante en la génesis y producción de conductas delictivas.

Algunos criminólogos como James Wilson y George Kelling​, en la década de 1980 plantearon la teoría de las ventanas rotas. En palabras de los investigadores, esta teoría trata de explicar cómo los signos visibles de desinterés y deterioro de determinados ambientes pueden incitar a comportamientos delictivos. Ellos plantean, por ejemplo, que, si una ventana rota se deja sin reparar, pronto todas las ventanas estarán rotas.

Si lo trasladamos al hecho que nos ocupa, si un sitio de esta naturaleza, que en principio estaba habilitado para usarse como establecimiento comercial, se deja abandonado, sufras daños que no se reparan y continúa deteriorándose, lo más probable es que provocará factores que permitan que surja la delincuencia. Este lugar quedó abandonado, sin mayor intervención, lo que provocó que terminara con todas sus barreras destruidas, sin ventanas, sin pintura, absolutamente rallado, con todas las vías de ingreso abiertas, lo que permitió que en ese lugar se ubicarán de manera transitoria personas en situación de calle, algunas involucradas en conductas delictivas o con problemas de abuso de sustancias. Todas cuestiones que son factores que van sumándose para que se desarrollen ambientes criminógenos y eso lo que observamos en un lugar como éste, que era conocido como la “casa del terror”. En el sitio del suceso había colchones calcinados, restos de botellas rotas, papelillos de pasta y de otras sustancias.

• Que ese lugar se conociera como la “casa del terror” significa que ahí, con cierta regularidad, se desarrollaban actividades probablemente delictivas.  

Efectivamente, si tenía ese nombre, uno puede hipotetizar que era un lugar dadas las características de abandono, sin ningún tipo de iluminación, que se presta para la comisión de delitos. No cuesta mucho imaginarse que una persona que transite por los alrededores de la plaza Pablo Neruda, si fuera abordada por algún sujeto ya sea un robo con intimidación, con violencia u otro, qué mejor lugar para la comisión de ese delito que un sitio de estas características, en absoluto estado de abandono, donde la víctima queda a merced del victimario. Son esas mismas circunstancias las que permiten que un delito tan grave y violento se cometiera en ese lugar. Además, nadie tuvo conocimiento de él hasta que se encontró el cuerpo calcinado y en términos de distancia, no es un lugar alejado del centro, de la municipalidad de Antofagasta, de locales comerciales, al frente hay un servicentro donde transita mucha gente. Y resulta que a menos de 100 metros se puede cometer un homicidio e incendiar el cuerpo de una víctima.

• En Antofagasta se repite esta situación de espacios abandonados. ¿Son puntos de comisión de delitos de manera frecuente, es una realidad en esos lugares?

Lo que observamos en el transcurso del tiempo es que lugares que se encuentran en situación de abandono como éste, refiriéndome a mi experiencia como como fiscal de homicidios en Antofagasta, es que muchos delitos de homicidio se cometieron en espacios abandonados. Sin ir más lejos, recuerdo un homicidio en el año 2017 y que fue perpetrado por un grupo de ciudadanos colombianos, respecto de otro ciudadano colombiano, cometido en los restos de una construcción que quedó a medias en la ciudad. En ese lugar a esta persona no solo se le dio muerte, sino que además fue literalmente descuartizada, tanto así, que la policía y el Ministerio Público toman conocimiento del crimen porque primero se encuentra el torso de la víctima en el sector del puerto y luego se encuentra el resto del cuerpo en la zona centro norte costero. Ese delito se comete en circunstancias similares, por una pluralidad de personas y nadie se enteró, porque estos espacios permiten la comisión de este tipo de delitos.

Quién se encarga de esto, de tener presente estos sectores es lo que se llama la prevención situacional del delito. Se trata de un modelo de prevención que se centra en el ambiente y en cómo intervenir en él para reducir la posibilidad de que se cometan delitos. Se basa en la idea de que el entorno en el que las personas viven y desarrollan sus actividades diarias puede ser un factor determinante para la comisión de ilícitos. Esto tiene que ver con actividades de carácter preventiva, identificar estos lugares y que las autoridades pertinentes tomen acciones para que no sigan abandonados en Antofagasta. Si siguen en esas circunstancias continuarán siendo un factor que determinará una mayor incidencia de eventos criminales alrededor o en el mismo.