Expertos del Centro de Investigación y Mitigación de Catástrofes Naturales de la Universidad de Antofagasta (CIMCN), trabajan hace dos años en mejorar el modelo de pronóstico de inundación como resultado de tsumanis, de manera que estos instrumentos se acerquen más a los escenarios reales o más probables.
El trabajo tiene como base las nuevas teorías que postulan que tras un terremoto, el levantamiento del fondo marino -que es el fenómeno que provoca el movimiento de la columna de agua- no se produce en un solo bloque, sino que en varios bloques simultáneamente, lo que repercute en una mayor o menor área de inundación.
El geógrafo-hidrólogo, director del CIMCN, Jorge Van Den Bosch, explicó que esta teoría fue desarrollada por el científico ruso Alexander Lobkovsky, quien tras estudiar el terremoto y tsumani de 2006 en las islas Kurile-Kamchatka, en Rusia, descubrió que el fondo marino se había fracturado en varias partes, como el teclado de un computador. Por eso la llamó teoría “keyboard”.
“Él fue y observó con ecosondas el fondo marino en esa zona y se dio cuenta que tenía unos trozos que habían subido y otros que habían bajado durante el terremoto, y entonces genera la teoría que estamos empleando nosotros ahora y que indica que el bloque submarino que mueve el agua, se fracciona en varios trozos, no en uno solo”, sostuvo.
Van Den Bosch precisó que al usar la metodología de Lobkovsky para estimar las inundaciones posibles en un área determinada, los modelos arrojan resultados muy similares a los registros históricos para ese territorio. Por el contrario, cuando se emplea el modelo tradicional, de rompimiento en un solo bloque, el resultado son alturas de inundación muy superiores.
La idea fue probada por el grupo del CIMCN con datos del terremoto 8.2 que afectó a Iquique en 2014 y sus conclusiones publicadas hace unas semanas en la revista Science of Tsunami Hazards, perteneciente a la Tsunami Society con sede en Hawii, bajo el título “Simulación Numérica del Tsunami de 1 de abril de 2014 en las costas del norte chileno”.
El trabajo fue realizado en conjunto con el ingeniero civil geomático, Gustavo Osses, y tres destacados científicos rusos, entre ellos, el propio Alexander Lobkovsky.
Jorge Van Den Bosch comenta que el ejercicio consistió en simular en base a los parámetros reales del terremoto de Iquique, las inundaciones provocadas por una fractura del fondo marino en un solo bloque y en tres bloques, como se supone ocurrió realmente en 2014.
“Los resultados dieron siempre inundaciones mayores al considerar un solo bloque levantado, en tanto, al aplicar la metodología de Lobkovsky de varios bloques movidos, se obtuvieron inundaciones muy parecidas a las ocurridas realmente y que fueron medidas por los mareógrafos dispuestos entre sur del Perú y norte de Chile”, dijo.
Para el académico, las conclusiones de este ejercicio permiten señalar que los planos de inundación elaborados con metodologías de un solo bloque, entregan cotas de inundación “sobredimensionadas”, mientras que las elaboradas con el método “keyboard” son más moderadas y -presumen los investigadores- más cercanas a la realidad.
“El sobredimensionamiento no es malo, por el contrario, sirve para que la gente tome el máximo resguardo posible, sin embargo, para las industrias que tienen instalaciones en el borde marino, es un problema. Así como también para las municipalidades que necesitan ocupar espacios costeros que hoy se encuentran sujetos a riesgo. La principal utilidad de este trabajo es que nos permite hacer estimaciones más cercanas a la realidad y con razonable seguridad”, explicó Van Den Bosch.
Actualmente los investigadores trabajan en un segundo proyecto, que consiste en simular la inundación provocada por el terremoto que afectó al norte chileno en 1877.
Los resultados están en proceso de revisión y serán conocidos en los próximos meses.
El grupo de investigadores estima que de este trabajo resultará un modelo predictivo más preciso que los empleados actualmente para estimar las zonas posiblemente afectadas por los futuros tsunamis.