Joven tenista de Antofagasta representará a Chile en las Olimpiadas Especiales de Berlín 2023

Vicente Urrutia tenía 12 años cuando su padre, Juan Pablo, notó que pasaba demasiado tiempo utilizando el computador y el celular. Cuatro años antes a su hijo le habían diagnosticado Síndrome de Asperger, por lo que tenía problemas de socialización y sufrió episodios de bullying. Así que, con la idea de alejarlo un poco de las pantallas, propuso que comenzara a practicar tenis por una temporada y al final de ella a cambio recibiría un teléfono de regalo. A Vicente le gustó tanto la disciplina que en corto tiempo se presentó a un campeonato en Antofagasta en el que recibió un reconocimiento por su participación. “No sé qué creyó él, pero se encantó con la medalla, lo vi en su rostro, se sintió valorado”, explicó Juan Pablo. Ese simple hecho, reconoció su familia, provocó un gran cambio en el joven que ahora tiene 18 años y se encuentra en plena preparación para representar a Chile en las Olimpiadas Especiales de Berlín (Alemania) 2023.

La rutina diaria de Vicente comienza acudiendo al gimnasio desde las siete de la mañana hasta las 9.30 horas con su preparador físico, aunque esto puede variar con trabajo específico de cancha para en la tarde dedicarse a la práctica de tenis con su profesor. Pero con las olimpiadas en el horizonte incorporarán más horas de tenis entre esos horarios para una preparación que también involucra viajes a la Región Metropolitana para entrenar, detalló Juan Pablo Urrutia.

“El deporte en general ha sido un cambio de vida total para Vicente, pasó de ser un niño discriminado y que sufría bullying a ser una persona respetada porque le permitió una interacción social tremenda. Y esto no solo porque se ha destacado, el tenis enseña un montón de valores de vida y a tomar decisiones propias, porque cuando juega no puede entrar ni el papá ni la mamá a la cancha a resolver los problemas. Los beneficios son en control mental y de las emociones, el cuidado por la alimentación y dormir bien”, destacó el padre del tenista.

Vicente nació en Concepción y llegó con su familia a la ciudad con solo seis años. Cuando estaba en el colegio tuvo problemas de sociabilización, hacer algunas cosas le costaban más de lo habitual, sufrió episodios de bullying y en ese contexto, a los ocho años, detectaron que está dentro del espectro autista. Hasta entonces había asistido a clases de manera normal y al no encontrar mucho apoyo y profesionales preparados para trabajar con él, sus padres decidieron cambiarlo. A partir de ese momento la familia buscó la forma de que pudiera liberarse de esos problemas e intentaron con varios deportes como una herramienta de salida. A los 12 años empezó a jugar tenis con Víctor Opazo, su primer entrenador en Las Almejas y luego en la Asociación de Tenis Laboral.

El acercamiento con este deporte ocurrió porque el papá jugaba de manera amateur. Recuerda que pasaba mucho tiempo en el computador, en el celular y cuando tenía 12 años le dijo como incentivo que si quería un teléfono de regalo debía practicar un año este deporte. «Lo hizo, le gustó y en una ocasión hablé con su profesor y lo llevé a un campeonato de tenis sabiendo que no era de los mejores. Le dieron una medalla por su participación y no sé qué creyó él, pero se encantó con la medalla, lo vi en su rostro, se sintió valorado. Es algo que lo vi con mi hijo y también en mi empresa, cuando reconoces a un trabajador algo pasa, se produce un efecto tremendo en la gente. Recibir esa medalla provocó un cambio, fue como un reconocimiento”, contó Juan Pablo.

Clasificación

Ese hecho dio paso a participación en torneos de menores en los que obtuvo buenos resultados e incluso ganó algunos campeonatos. En la pandemia se detuvo la actividad deportiva, pero el 2022 retomó la práctica y en octubre del año pasado asistió al campeonato nacional en Chillán ganando en la categoría single y doble, en esta última participa con Ricardo Sepúlveda, deportista de Tocopilla. La particularidad de esa competencia es que fue el clasificatorio para las Olimpiadas Especiales de Berlín (Alemania), que se desarrollarán en junio entre los días 12 y 26.

“Ahora está viajando todos los meses a Santiago a entrenar con Paolo Massardo, tiene que asistir a los convocatorios además de entrenar. La preparación de Vicente siempre fue soportada por su familia, un tenista requiere acondicionamiento físico, un entrenador de tenis, un psicólogo, médico, gimnasio y la verdad es que comenzando con torneos locales en Antofagasta se podía financiar, pero ahora son desafíos importantes y participamos con un joven de Tocopilla entonces es un desafío para nosotros”, dijo. Juan Pablo señaló que han recibido el apoyo del Club Ferroviario donde entrena Vicente con Mario Villalobos y con el preparador físico Luis Lavados.

Los viajes a la capital son parte del proceso de preparación y consisten en asistir a los convocatorios durante una semana en el Club Manquehue para luego retornar a los entrenamientos con sus profesores en Antofagasta. Actualmente está en la etapa de pretemporada y su primera prueba será en marzo con un nacional escolar.

Juan Pablo señaló que Special Olympics es una organización creada en 1960 y las olimpiadas se desarollan cada cuatro años. A Berlín, agregó, asistirán siete mil deportistas de todo el mundo y en la delegación chilena son 58 atletas en seis disciplinas, tenis, básquetbol, fútbol, jockey, bádminton y atletismo. “Hay deportes que son unificados, por ejemplo, tres personas con alguna discapacidad intelectual juegan fútbol junto a otras tres que no tienen discapacidad. Se forma una interacción social que va mucho más allá del deporte, de hecho, el eslogan es desde la banca a la cancha”, indicó.

Juan Pablo lamentó que los chicos con discapacidades intelectuales no tienen muchas posibilidades de hacer deporte. Aunque sostuvo que en general en Chile en cualquier colegio hay pocas opciones para practicar deportes y en ese contexto casos como los de Vicente menos oportunidades tienen.

“Lo dejé de llevar al médico a los 12 años, porque solamente me ofrecían medicamentos y decían que mi hijo no podría hacer muchas cosas de las que hace ahora. Sin embargo, veía que en la cancha él corría, se concentraba, todas las cosas que teóricamente no podía hacer. Tomé una decisión fuerte y no lo llevé más al médico y al final toda la plata que gastaba la invertí en deporte y realmente vi un cambio tremendo, porque Vicente terminó el cuarto medio y ha cumplido todos los procesos de muy buena manera”, apuntó.

Lo que desea transmitir con la historia de su hijo es que cuando los padres reciben el diagnóstico se atrapan o lo niegan, en ocasiones sobreprotegen mucho a los hijos en el sentido de que se desafíen. Por ello cree que Vicente es un ejemplo de que se puede lograr esto a través de un apoyo familiar, de alguna organización, de un colegio o de entrenadores. “Tienen algún problema de interacción, de sensibilidades, pero si eres capaz de aceptarlo también puede sacar lo mejor de ellos. Mi hijo ha recorrido un camino, tiene logros, fue campeón nacional, pero, así como lo hizo él puede hacerlo cualquier niño y en cualquier deporte. Solo tenemos que dedicarnos a ellos, como sociedad darles un espacio y vendrán los resultados”, declaró Juan Pablo.

El padre del tenista además indicó que en la región existen muchos casos de autismo y que en ese sentido falta un poco más de preparación y difusión sobre este tipo de iniciativas. Por eso tiene la idea de realizar un programa para enseñar tenis en colegios de manera gratuita, como agradecimiento “a la vida y a Dios, para visibilizar esto y que otros tengan las mismas oportunidades y puedan desarrollarse más allá de ser campeones. Hay que crear estilos de vida y por otra parte, como sociedad integrar a estas personas sin discriminarlas, algo de lo que se habla mucho, pero se hace poco».

El viaje al último convocatorio es el 5 de junio y la delegación chilena viaja a Alemania cuatro días después. Primero llegarán a Stuttgart para entrenar y los juegos comenzarán el 16 de junio en Berlín. Juan Pablo dijo que este proceso implica un gran cambio para ellos como padres, porque siempre habían estado presentes, pero ahora es parte de una delegación nacional. Esto ha sido positivo, añadió, porque permite profundizar un desarrollo individual. De todas formas, adelantó que viajarán de manera particular para estar junto a Vicente.

“La aspiración es que pueda llegar lo más lejos posible en las olimpiadas, creemos que puede tener un rol importante. La federación y la gente que está a cargo me ha dicho que piensan que Vicente realmente puede ser una oportunidad de medalla. Hay expectativas porque se ha preparado bien, es un equipo que está detrás de él, no llegó a donde está por casualidad. Los profesionales que lo acompañan han mostrado mucha paciencia y ayuda, como Mario Villalobos, Luis Lavados, su psicóloga María Jesús Moreno, el doctor Matías Morán. Esto se puede sostener familiarmente hasta cierto punto, pero después por más que quieres es difícil. La idea es buscar apoyo y no necesariamente dinero o transferencias directas, porque raquetas, pelotas de tenis o zapatillas también son cosas a las que podemos apelar”, concluyó Juan Pablo.

Posibilidad de podio

El entrenador de Vicente, Mario Villalobos, señaló que nunca pensó que llegarían a conseguir los logros que lo llevaron a clasificar a Berlín y expuso que han recibido comentarios de que tiene bastantes posibilidades de hacer podio. “Ahora va a jugar estas olimpiadas y en cuatro años más querrá estar en la próxima y llegará mejor preparado. El próximo año quiere los panamericanos, se abrió un abanico de cosas que hace dos años ni pensábamos”, reflexionó.

Villalobos lleva cerca de cuatro años entrenando con Vicente, tiempo en el que también han superado una de las principales dificultades de los deportistas que comienzan a elevar la competencia en sus disciplinas, las lesiones.

“De pronto nos miramos con el papá y vimos que estábamos acá (clasificados a las olimpiadas especiales), no habíamos medido dónde habíamos llegado, porque ahora es representando a Chile, son palabras mayores, es algo muy lindo. Cuando jugó el nacional en Chillán llamó la atención porque el resto de los jugadores era más limitado técnicamente”, subrayó.

A Vicente lo observa como un deportista esforzado y meticuloso. Anteriormente solo había trabajado un par de veces con alumnos Asperger y sostuvo que ha sido una experiencia buena y diferente. Entre las características del joven deportista, enfatizó que puede jugar con alguien del club, con alguien de Santiago o con Federer y para él todos son todos los rivales iguales. Y sostuvo que aquello no es menor, ya que el miedo escénico en el deporte de alta competencia incide de gran manera.