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miércoles, 4 diciembre, 2024
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Columna de opinión

La burbuja de las redes sociales que capturó a la política chilena

"En la actualidad el político y sus equipos no buscan empatizar con los problemas de la ciudadanía sugiriendo soluciones, no, buscan empatizar con su enojo y su indignación", Marcos Celedón, periodista

El otro día me dijeron con cierto grado de sorpresa “oye me apareció justo ese mismo video en Instagram”. Uno podría pensar ante tal coincidencia que eso ocurre porque tenemos los mismos contactos o porque simplemente las redes sociales leen nuestras mentes y quieren lo mejor para nosotros. Ni lo uno ni lo otro, la inteligencia artificial que está detrás de este tipo de plataformas simplemente nos pone en la pantalla del celular aquello que refuerza nuestras propias ideas, creencias y convicciones. No invita a la reflexión y mucho menos a cuestionarnos si estamos equivocados, es una inyección de narcisismo directo alcerebro.

¿Narcisismo? Sí, y está más presente de lo que creemos. Incluso esta misma columna también podría ser un ejercicio de narcisismo al intentar entregar una respuesta basada en datos, pero también en mi particular y personal punto de vista.

Las redes sociales no buscan que seamos buenos ciudadanos ni personas ejemplares, ese no es su negocio, más bien alimentan nuestra ansiedad con mensajes que validan lo que pensamos y sentimos. Pero eso no termina ahí, también nos sugiere personas a seguir y amigos con los cuales podríamos compartir nuestros gustos y sufrimientos, creando burbujas sociales convencidas que el resto del mundo está equivocado.

El problema es que en las redes la elección de la mejorpastelería o la elección del mejor Presidente, muchas veces son prácticamente lo mismo, y por eso lo que ha ocurrido en los estos últimos años es más que peligroso. Minorías organizadas, y hasta políticos sin partido, hace tiempoentendieron que es el ciberespacio el lugar donde se librará la batalla de las ideas, o también la batalla por la radicalización.

En la actualidad el político y sus equipos no buscanempatizar con los problemas de la ciudadanía sugiriendosoluciones, no, buscan empatizar con su enojo y su indignación. Por eso mientras más duros son los términos que utilizan para referirse a otro o a un hecho puntual, más adeptos y me gusta obtienen. Aquí poco importan las soluciones, más interesa el golpe, y eso al algoritmo le encanta.

Las redes sociales nos están transformando, favoreciendo en la política un clima que no propicia el diálogo, la construcción de acuerdos y la democracia, tres conceptos que además los extremos detestan. Y ojo cuando hablo extremos no me refiero a los polos opuestos que podemos encontrar en un eje de izquierda a derecha, hablo de todos los extremos, por ejemplo; somos el movimiento más independiente, somos el grupo más consciente sobre el cuidado del medio ambiente, somos los únicos que queremos a Chile, somos el Partido más liberal entre los liberales.

¿Dónde quedo la moderación? Bajo este clima para muchosla moderación es lo mismo que ser amarillo, y eso es un error. La moderación es comprender que uno tiene convicciones, pero que es capaz de llegar a acuerdo con alguien que piensa distinto, porque existe un bien superior. Por eso antes de hablar de un color en particular, prefiero pensar en una escala de grises, en donde no existe un tono correcto o moralmente superior.

A veces me sorprenden como todo confabula en favorecernuestro particular punto de vista, en donde poco importan los datos y mucho menos la fuerza de los hechos, simplemente yo tengo la razón y el resto no, punto. Bajo esa dinámica, por ejemplo, en el último plebiscito la opción Rechazo ganó porque la gente estaba engañada por las fake news, pero 10 meses antes esos mismos ciudadanos votaron bien y supieron ignorar inteligentemente las noticias falsas. ¿Puede entender eso?

Si usted hoy se pregunta ¿por qué personas otrora dialogantes en los últimos años se han transformado en Talibanes de sus ideas?, lo invito también a realizar otra interrogante; ¿Yo no habré caído también en ese mismo embrujo de fanatismo?

Las fuerzas polarizantes hoy gozan de buena de salud. Mientras en Perú grupos simpatizantes del ex PresidentePedro Castillo operan con violencia para desestabilizar el país, en este último fin de semana ocurría lo mismo con los votantes de Jair Bolsonaro en la capital de Brasil. Presidente que se restó de la ceremonia del traspaso de mando el pasado 1 de enero, como también el 2015 lo hiciera Cristina Fernández con Mauricio Macri.

Todo lo anterior tiene a las redes sociales como su caja de resonancia. Si yo creo que en Perú no hubo un intento de golpe de Estado, me llegaran comentarios afirmando aquello, y viceversa. Lo complejo es que esto también ocurre con los portales de noticias, y por eso me gustaría citar a Tomas Mosciatti que en su intervención en la cumbre empresarial Erede 2022 dijo “Fíjense lo que pasa con Instagram. Hay personas que dicen yo me informo por BioBio, falso digo yo. ¿Cómo? Pero si yo me estoy informando con BioBio. ¿Sabe lo que hace Instagram? Edita BioBio y le manda a cada uno las noticias de BioBio que refuerzan sus creencias”.

Por eso después de todo lo comentado ¿Podemos en una columna analizar la gestión del Gobierno? Difícil. Quienes adoran al Presidente Boric estarán molestos con la oposición porque según ellos no lo dejan Gobernar. Pero hace poco más de un año celebraban que un diputado hablara en el Congreso por casi 15 horas, sólo para que Giorgio Jackson pudiese votar y así aprobar una acusación constitucional en contra del Presidente (que claramente no era Gabriel Boric).

Otro ejemplo son los indultos. Da lo mismo el prontuario de algunos de ellos (hechos concretos), ya el Presidente dijo que tenía la convicción que el ex frentista Jorge Matelunaera inocente, y después de eso adherentes del mandatario, a través de información recopilada en redes sociales secundaron esa premisa. Es decir, un egresado de derecho y ciudadanos, muchos de ellos sin formación legal afirman que todo el Poder Judicial está equivocado, pero ellos no. ¿Comprende la gravedad de lo que está sucediendo?

Vivimos en tiempos de un profundo cambio cultural, en donde no está del todo medido el poderoso impacto de las redes sociales en la sociedad chilena. Sólo un dato, según plataformas como Data Reportal, el 2022 el número de usuarios de redes sociales en nuestro país equivalen al 92.8% del total de la población, ciudadanos que están expuestos a mensajes que los desconectan de la realidad, tomando decisiones que muchas veces pueden estar erradas e incluso pueden ser perjudiciales para ellos mismos.

Se viene un 2023 complejo, con una Convención Constitucional 2.0 y la Conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado. Dos escenarios en donde grupos pequeños pero organizados trabajarán las redes para tensionar el debate público, lo que tendrá como resultado que algunos tendrán moral para hablar y otros no.

Mi humilde consejo, desconectarse a veces no es algo negativo. Lea de todo, converse en persona y reflexionesobre sus acciones. Las casualidades en las redes no son una señal, y mucho menos debemos basarnos en ellas para tomar decisiones. Y no olvide, las redes sociales nunca serán un buen consejero ni para temas personales ni para la política.

Tenemos harto trabajo este 2023.

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