Los comisarios internacionales enviados a Siria con el objetivo de destruir el arsenal químico del régimen de Al Assad ya han inspeccionado 11 de los 20 depósitos de gases tóxicos declarados por el gobierno. Las previsiones apuntan a que antes de noviembre se habrían desmantelado los laboratorios y las plantas de producción, para luego proceder a destruir las sustancias venenosas antes del 30 de junio. El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, ha indicado que ese proceso podría lograrse acumulando esos arsenales en un solo punto, para luego sacarlos del país por barco.
Un destacamento de 60 personas trabaja en la misión conjunta de la OPAQ y la ONU en Siria que en un comunicado han revelado que han “inutilizado plantas de producción, incluidas las de mezclado y relleno” de armas químicas y el “inicio de la destrucción de armas químicas de Categoría 3”. En esa categoría la OPAQ incluye “municiones sin rellenar y dispositivos y equipamiento diseñado para asistir en el empleo de armas químicas”, es decir los misiles y las bombas con que se distribuyen los gases venenosos.
Los investigadores han alabado la colaboración del régimen sirio, pero no hay que olvidar que el país está sumido en una guerra civil, por lo que la zona no es segura y la seguridad de los trabajasores no está garantizada en algunos puntos en los que se han tenido que cancelar las operaciones.
Última Hora
COMPARTE ESTA NOTICIA