Estados Unidos y Rusia acordaron un plan para destruir las armas químicas de Siria y la ONU ha dado el visto bueno, aunque no amenaza con acciones punitivas automáticas contra el país en caso de que el Gobierno sirio no cumpla con el acuerdo.
El secretario general de Naciones Unidad, Ban Ki Moon, ha asegurado que es una «resolución histórica» y «la primera noticia esperanzadora sobre Siria en mucho tiempo».
Esta resolución de la ONU viene precedida de un informe de sus propios investigadores en el que se confirma el uso de gas sarín en un ataque perpetrado supuestamente por el Ejército sirio a las afueras de Damasco en el que murieron cientos de personas.
El ministro de Exteriores de Rusia ha afirmado que esta resolución «se ajusta plenamente» a sus expectativas y ha hecho hincapié en que «la responsabilidad de la aplicación de esta resolución no reside solo en el Gobierno de Siria».
Por su parte, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se ha mostrado satisfecho con una decisión que cumple con el «objetivo primero que era disuadir y reducir la capacidad química de Siria».
