«Hubiera preferido caer en la estafa con la plata, pues esa se recupera. Pero el robo de mi identidad no se cuando va a parar». Así comienza el relato Damian Schnettle, trabajador del gobierno regional de Antofagasta, cuyo caso deja al descubierto una serie de estafas que hoy afectan a funcionarios de ambas policías antofagastinas y que la fiscalía de Antofagasta no ha hecho público pese a que las primeras denuncias serían del año pasado.
Para entender la estafa, se debe tener presente que esta se realiza por WhatsApp afectando a quienes venden algo por internet y que tiene dos propósitos, el primero es el robo de pequeños montos de dinero (como «garantía de la compra») y el segundo, el robo de identidad principalmente a funcionarios de las Fuerzas Armadas y de Orden u otras instituciones con el fin de hacer caer fácilmente a civiles. Y ha resultado.
El caso de Damian
Se supone que sería una operación más de las que hace a través de Internet, de ahí que todo marchaba normal esa tarde del 7 de junio del presente año cuando Damian Schnettle colocó a la venta su celular por $150 mil en el sitio Yapo.cl.
Al poco rato lo contacta por WhatsApp una persona dispuesta a comprar el equipo, pero le pide que por un tema de seguridad, «y no resultar víctima de una estafa», este le deposite 30 mil pesos como una forma de «garantía», monto que luego le será devuelto sumado a los 150 mil pesos del celular que estaba transándose.
Esta extraña solicitud hizo dudar a Damian, pero luego se tranquilizó por una frase que dijo el sujeto: «Tranquilo, soy de la PDI de Calama». Acto seguido, el tipo manda por Whatsapp dos fotos claves para esta nueva modalidad de estafas. Una de ellas es la placa y carnet de identidad y, la segunda, una selfie con la placa.
Esto calmó las sospechas de Damian y prosiguieron la conversación de forma normal entregando los datos propios de quien va a recibir una transferencia electrónica tales como nombre completo, rut y mail.
Una vez que Damian le entrega estos antecedentes, el sujeto seguía insistiendo en que le depositara los 30 mil pesos como «garantía» antes de comprar el celular.
Damian asegura que a esas altura no desconfiaba que fuera PDI, pero sí de la fórmula donde él como vendedor tenía que depositar al comprador esta «garantía». Pago de los 30 mil pesos que finalmente le indica al sujeto que no realizará.
Pese a esta negativa, el supuesto PDI de Calama le plantea que seguirá con la compra del celular pero que -al igual que él- debía mandarle una foto suya con alguna credencial para «confirmar identidad», solicitud a la cual Damian accedió.
«Yo le comento que es primera vez que me piden tanta información pero también confié porque supuestamente era de la PDI. Uno dice, chuta, cuando uno habla con alguien de la PDI te imaginas que va a pedir más antecedentes para constatarlo (…) Yo caí igual como cayó el PDI», reflexiona Damián.
Pasó la tarde y al final las sospechas fueron más fuertes para Damian quien luego pierde contacto con el tipo sin concretarse la venta del equipo. «Quedé con la sensación que algo malo había hecho porque claramente me habían capturado los datos, pero no tenía como denunciar. ¿Qué ilícito denunciaba si no me estafaron? Y tampoco me estaban suplantando hasta ese momento. ¿Qué le iba a decir a la policía?», sentencia.
Mientras esa sensación lo incomodaba, algo le llamaba la atención. El número desde donde lo habían contactado cambiaba continuamente de fotos de perfil. Ya no tenía la foto del PDI de Calama sino que se alternaba con fotos de funcionarios de la Fuerza Aérea, Carabineros, el Ejército, etc.
Los primeros problemas
Las sospechas que rondaron en la cabeza de Damian tras haber entregado sus datos, se confirmaron dos semanas después de los hechos. El sujeto que supuestamente quería comprarle el celular no era policía sino un delincuente que había hecho caer con el mismo truco de la selfie a un funcionario de la PDI de Calama.
Así lo confirmó cuando golpean la puerta de su oficina ubicada en la Intendencia de Antofagasta. «Viene un funcionario (de la PDI) a mi oficina y me dice que tenía una denuncia en mi contra por intento de suplantación de identidad», cuenta Damian.
Sorprendido de la acusación, de pronto todo fue mucho más claro. «Cuando vi la foto que traía en el expediente asocié altiro la captura de mis datos de esa vez. Entonces él me cuenta, en lo informal de la conversación, que estos tipos han logrado capturar mayoritariamente credenciales de Carabineros, y que a mí me había denunciado un Carabinero», dice Damían.
En la oportunidad, el policía le cuenta que la denuncia en su contra partió con una mujer a la cual intentaron estafar con los datos del Carabinero que hoy lo denunciaba. Hecho que la víctima advierte ante los superiores del uniformado. Al momento que este fuera enfrentado -negando los hechos- le narra a su superior que él también fue víctima de una estafa pero con los datos de un tal Damian Schnettle.
Fue en ese momento que Damían se enteró que sus datos estaban siendo utilizados para estafar a más gente.
Los otros casos y la investigación interna
Fuentes al interior de Carabineros confirman que al menos existen tres funcionarios activos que entregaron una selfie con sus respectivas placas a esta banda de estafadores y que dos de esas fotografías estaría siendo utilizadas actualmente para realizar diversos ilícitos vía WhatsApp.
Antecedentes que la institución colocó a disposición de la Fiscalía de Antofagasta el año pasado pero que la baja cuantía de los montos involucrados habría hecho que el Ministerio Público esperara juntar varias causas similares para iniciar una investigación que hoy está en manos de la Policía de Investigaciones de Antofagasta.
«Me molesta que la PDI no haya hecho una publicación para alertar el modus operandis, sin dar nombres, por último decirle a las personas que están suplantando la identidades y que las constate doblemente. Y, segundo, por último haber hablado que funcionarios de la policía están siendo suplantados, y así yo o cualquier persona que se informa por las noticias, no habría caído», reclama Damian.
De acuerdo a la investigación interna de Carabineros, se trataría de una banda organizada que estaría operando desde la cárcel de La Serena y frente a la cual no existe todavía una real dimensión de cuántas selfies de funcionarios lograron captar a nivel país.
Otra fuente ligada a la investigación asegura que la primera denuncia que alertó de esta nueva modalidad de estafa habría provenido de un funcionario de Gendarmería de Antofagasta quien cayó en este «cuento del tío» entregando la primera selfie de una autoridad con su respectiva placa.
Además, por el tiempo transcurrido, la misma fuente asegura que existe el temor al interior de las policías que los casos de funcionarios de las Fuerzas Armadas y de Orden que entregaron estos datos claves sea mucho mayor a la ya denunciada, existiendo una cifra negra todavía sin avisar producto de las sanciones a las cuales estarían expuestos por haber compartido ese tipo de fotografías con extraños. Tal fue el caso del PDI de Calama que fue suplantado para estafar a Damian quien hoy se encontraría suspendido de sus funciones.
Las «funas» por Facebook
Mientras por un lado estaba la investigación formal del caso de Damian, hay otra arista que lo ha afectado sicológicamente junto a su familia, las funas por Facebook.
Es a través de esta red social que se han realizado una serie de denuncias en su contra debido a la utilización de su selfie para estafar a gente de distintas partes del país con montos pequeños, esos montos de dinero usados como «garantía» de una supuesta compra de un producto vendido por internet.
Cada cierto tiempo un desconocido le manda un mensaje por Facebook exigiendo la devolución del dinero. Hecho que hace que Damian deba explicar una y otra vez que no es él, y que fue víctima del robo de su identidad.
«Cuando eso pasa es volver todo a cero. Vuelve todo a lo mismo. Pasa un tiempo de silencio, empiezo a rehacerme emocionalmente, pero viene un nuevo contacto y vuelve a abrir toda la tristeza de lo que estoy viviendo, pues es algo de nunca parar», asegura Damian. Sin embargo, hace pocos días se enteró de una nueva y compleja utilización maliciosa de sus datos.
La venta de terrenos en Antofagasta
Damian cuenta que «el consejero regional, Guillermo Guerrero, me contactó porque una dirigenta de un campamento de Antofagasta le estaba informando que un funcionario del gobierno regional estaba pidiendo recursos para asegurar viviendas sociales». No fueron necesarios más datos para que supiera que se referían a él y que su selfie ahora había salido de los sitios de compra de equipos en internet para circular en las tomas de la ciudad.
En este caso la estafa consistía en ocupar su selfie de la fotografía con su credencial del gobierno regional para ofrecer viviendas sociales a personas que están en campamentos previo pago de un monto aproximando de siete mil pesos.
Estos son algunos audios donde se escucha a los estafadores que se hacen pasar por Damian y que piden el depósito del dinero a gente que vive en las tomas.
Timeline.cl se comunicó con la PDI Antofagasta para conversar sobre esta investigación y no se obtuvo respuesta hasta el cierre de esta edición.
Hoy siguen las dudas sobre la cifra total de funcionarios de las Fuerzas Armadas y de Orden que cayeron en esta estafa y cuyos datos están siendo hoy utilizados para estafar a civiles. Lo cierto, es que el silencio en torno al caso por parte del Ministerio Público y de la PDI han contribuido a que estas estafas proliferen sin tener claro un pronto atajo.
«Los que están llamados a protegerte son los primeros que caen. Qué me queda a mí que no tengo nada que ver con esto. Al final están usando mi nombre para hacer cosas ilegales y no se hace nada. No me han llamado de la fiscalía, ni nada. Esto generó una crisis familiar interna grave. No sabes si estos antisociales pueden llegar a tu casa, atacar a tus hermanos pues mi apellido no es común», concluye Damian.