Grimanesa Martina Mato Usandivaras, más conocida como Clorinda Matto de Turner nació en el interior del Cuzco en 1852 y murió 57 años después en Buenos Aires. Creció en la hacienda de sus padres, conoció de cerca la vida de los indígenas y aprendió el quecha desde niña. Quiso estudiar una carrera, pero los prejuicios de su familia se lo impidieron. A los 19 años se casó con el médico y hacendado inglés Joseph Turner y se fue a vivir con él al pueblecito andino de Tinta. Con gran ahínco se dedicó a instruirse a través de la lectura.
Desde muy joven se dedicó a escribir artículos recogiendo tradiciones y leyendas; escribió un drama histórico: “Hima Sumac” o “El secreto de los incas” y en 1886 publicó la primera y más famosa de sus tres novelas, “Aves sin nido», que trajo consigo elogios de los sectores liberales y progresistas y el odio de los sectores conservadores, principalmente de la Iglesia, a la que en sus novelas y ensayos criticó de manera despiadada como cómplice de la explotación del pueblo indígena y responsable de las creencias y supersticiones que mantenían en el atraso a la sociedad peruana.
“Aves sin nido” es considerada la primera novela indigenista de América Latina. Por una parte, encontramos en ella una descripción amorosa y lírica del paisaje andino, un lugar bravío, sin domesticar y testigo de las grandezas del pasado prehispánico. Por otra parte, contiene una denuncia fiera de los abusos que cometen los latifundistas, las autoridades políticas y los párrocos contra las familias campesinas que languidecen en el desamparo y la pobreza.
Clorinda Matto de Turner rechaza la injusticia desde un punto de vista moral, antes que político y esta novela quiere ser una parábola ejemplar que ilustre el triunfo del mal sobre el bien en las alturas andinas.
Ocurre en Killac, un pueblo ficticio, donde llega un matrimonio criollo, Lucía y Fernando Marín, y la perspectiva desde la cual se observan y juzgan las intrigas, violencias y miserias que vive la comunidad. Una novela donde presenciamos atropellos políticos, saqueos e injusticias, al tiempo que raptos, violaciones e incestos.
Clorinda Matto de Turner defendió el gobierno del General Andrés Avelino Cáceres y cuando los pierolistas, sus rivales, entraron a Lima, los sectores clericales provocaron una asonada popular que asaltó su casa, la destrozó y quemó toda su biblioteca. Clorinda Matto debió partir al exilio en Argentina, donde murió algunos años después.
“Amo con amor de ternura a la raza indígena, por lo mismo que he observado de cerca sus costumbres, encantadoras por su sencillez, y la abyección a que someten esa raza aquellos mandones de villorrio, que, si varían de nombre, no degeneran siquiera del epíteto de tiranos. No otra cosa son, en lo general, los curas, gobernadores, caciques y alcaldes. Llevada por este cariño, he observado durante quince años multitud de episodios que, a realizarse en Suiza, la Provenza o la Saboya, tendrían su cantor, su novelista o su historiador que los inmortalizase con la lira o la pluma, pero que, en lo apartado de mi patria, apenas alcanzan el descolorido lápiz de una hermana.” Clorinda Matto de Turner, Aves sin nido, Proemio.
