Enrique Viveros, el nuevo seremi de Transportes, no tiene vehículo particular, utiliza el TransAntofagasta para movilizarse, un sistema que él mismo diseñó e implementó en su primer paso por esta secretaria regional ministerial durante el gobierno del mandato Ricardo Lagos. El ingeniero civil industrial conoce en detalle el objetivo y la progresión que debía manifestar este plan de la locomoción pública y por ello ya visualiza qué aspectos reforzará en su gestión. Lo encomendado por el presidente Boric, dijo el seremi, es que las regiones cuenten con un sistema tan moderno y eficiente como el que presenta la capital del país y en ese sentido, destacó que Antofagasta será la segunda ciudad después de Santiago que tendrá una flota de buses eléctricos.
Sin embargo, sostuvo que hay varias cosas que ordenar y que como usuario ha vivido lo que muchos antofagastinos experimentan a diario, conductores que se aprovechan y cobran 600 pesos en lugar de los 590 pesos que cuesta la tarifa. Viveros fue seremi de Transportes entre el 2002 y el 2006 y luego en la primera administración de Bachelet, entre 2008 y el 2010, pasó a la Seremi de Vivienda, cargo en el que asumió la reconstrucción de Tocopilla tras el terremoto. En el segundo gobierno de la presidenta fue nombrado director regional del Sernageomin durante todo el periodo. Posteriormente trabajó en Enami como jefe de compras de minerales y hasta el año pasado se desempeñó en una empresa minera de la región como supervisor de seguridad, salud y medio ambiente.
Estuvo involucrado en el inicio del TransAntofagasta.
Me correspondió diseñar y lanzar el TransAntofagasta en el 2005.
¿Hubo continuidad del diseño original?
El TransAntofagasta estaba diseñado para que el primer periodo fuera con operadores regionales. La primera licitación contemplaba cinco años más una extensión de 18 meses. La segunda licitación correspondía cerca del año 2011 y consultando entiendo que después vinieron sucesivas prórrogas de los 18 meses, después no se licitó nuevamente y en eso estamos hasta ahora.
¿En qué cree que debe ponerse el foco en el TransAntofagasta?
Soy usuario de la locomoción colectiva, ando en colectivo y en micro todos los días, no tengo vehículo y he visto la evolución del TransAntofagasta. Ahora requiere mucha modernización, porque lo que queda es el pintado de las micros, regular la tarifa que está congelada producto de la pandemia. De los proyectos que vinimos a impulsar, uno de ellos es muy atractivo y es la construcción y puesta en servicio de los buses eléctricos. Fuera de Santiago, es la primera región que tendrá este sistema de transporte de buses eléctricos, con cero contaminación, bajo nivel de ruido y que permitirá contar con tener un transporte longitudinal desde La Chimba alto hasta la Universidad de Antofagasta. Son 40 buses para unos 20 km de viaje y con una capacidad para 70 personas, equipados con tecnología GPS, puertos USB, aire acondicionado. Es un alto estándar que la región merece. Es justo y así lo ha pedido el presidente que el mismo avance y modernidad del transporte que tiene Santiago lo veamos en regiones.
¿Qué aspecto extraña que no continuará del proyecto original?
La primera licitación consideraba los operadores regionales para que se fueran preparando para ir a una segunda etapa y hacer un proceso de licitación más moderno, con un estándar de mayor calidad, incorporar cobradores automáticos. En el fondo era contar con una mejor calidad de transporte para los usuarios, con mejores recorridos, mejores frecuencias. Cuando se hizo el proyecto definimos 13 concesiones, cubrimos todas la zona y los recorridos se fueron elaborando con las mismas juntas de vecinos. Para seguir cada una de las mallas de recorrido lo hicimos con los empresarios e invitamos a las juntas de vecinos y con ellos construimos eso. Las extensiones son largas, con trayectos de dos horas, pero a una la persona le permitía desde La Chimba llegar hasta la Coviefi con un solo pasaje. Extrañamos ahora la frecuencia, observo que se ha ido perdiendo, los conductores dejaron de usar el uniforme y lo importante era que cada vez tendríamos un sistema de transporte más moderno, de eso se tratan las licitaciones. Eso, de alguna manera, se estancó y lo que vienen a ser un poco estos buses eléctricos es incorporar esa esa modernidad al transporte y en lo sucesivos poder masificarlo para que más líneas puedan prestar el servicio.
¿Lo que busca es mejorar la experiencia del usuario?
Que sientan que tengan un transporte moderno, de calidad, a una buena tarifa y que supla sus necesidades de desplazarse por una ciudad que está alargándose cada vez más. Recuerdo cuando recién estaba construyéndose toda la parte de Costa Laguna y ahora se requiere un mayor sistema de transporte y más eficiente. Antofagasta tiene una topografía distinta a ciudades planas, acá hay una cultura de que la locomoción llega a los sectores más altos posibles y buscamos que el sistema sea un buen valor para los vecinos y que estemos a la altura de lo que vemos en Santiago.
En el periodo que abarca de su primer paso por Transportes hasta ahora hubo ideas de todo tipo, tranvía, metrocable. ¿Cómo puede mejorarse el sistema, un tren aportaría algo?
Lo que la ciudadanía busca es un sistema de calidad y que los acerque a donde viven, los conjuntos habitacionales cada vez están más al norte o hacia el sur y es allá donde debemos proveer el sistema de transporte. Cuando hicimos el TransAntofagasta hubo una evaluación de usar la faja privada del FCAB para ver la factibilidad de implementar un tren liviano. Recorrimos desde el puente El Jote hasta el paso bajo nivel del sector norte y eran 54 estaciones. Pero la evaluación en la que participaron ejecutivos de Metro, el ferrocarril, la Intendencia y Obras Públicas, arrojó que no era factible ya que la inversión era muy alta. Y tampoco resolvía el problema de transporte, porque es una línea rígida que va por la mitad de la ciudad y para los vecinos de Villa Las Condes, La Chimba, tendrían que bajar a pie a tomar el tren, salvo que hubiera una línea de acercamiento con un taxi colectivo. En ese tiempo no era factible económicamente e la implementación y producto de eso surgió el TransAntofagasta como un medio de transporte cercano y viable.
La idea de un tren suena bien, pero en la práctica no es una solución.
Claro, porque quedas subordinado a una faja que está construida. Lo distinto sería hacer una línea férrea nueva, esa sería otra visión, porque permitiría realizar un diseño que abarque todos los sectores. Pero ésta es una línea rígida. Durante un tiempo se habló del teleférico y las ciudades tienen uno, aunque diría que más en condiciones de turismo que de solución real a la necesidad de transporte de la población.
¿Cómo ordenar el centro, donde el transporte público choca con el entorno, con micros que toman pasajeros en cualquier parte, vehículos estacionados en segunda fila a lo que se suman las quejas por el trato de conductores que en ocasiones circulan sin licencia?
Lo he vivido, incluso con la tarifa que cuesta 590 pesos muchos conductores se aprovechan y cobran 600 pesos. Para una familia, cuatro viajes en el día son 40 pesos y en un mes podrían ser 800 pesos. La tarifa está definida y tiene que cobrarse ese valor. En el centro, cuando desarrollamos el TransAntofagasta, con fondos del Gobierno Regional hicimos segregación de vías para privilegiar el transporte público por ese sector. La apuesta era que con un buen sistema de transporte público podríamos desincentivar el uso del vehículo particular. Si la persona tenía que ir al centro a realizar un trámite, el objetivo es que prefiriera un buen sistema de transporte público a su vehículo particular que no tiene estacionamientos suficientes.
¿Es partidario de reforzar esas vías exclusivas que hoy prácticamente no son respetadas?
Sin duda. Definir vías y áreas exclusiva para el transporte público porque la ciudad no tiene muchas calles, tampoco son tan amplias y hay que ser eficientes con los recorridos, al menos para ingresar al centro, para no contribuir a la congestión. Queremos retomar eso, las señalizaciones, tener un sistema de transporte moderno y desarrollarlo con los operadores que estén dispuestos también a hacerlo porque es una demanda de la ciudadanía contar con un servicio de calidad.
Claro y ojalá hacer paradero para que puedan tomar los pasajeros donde corresponde y no parar en cualquiera lugar
Seremi, le ahorro la pega:
1. Conductores con sueldo fijo. Buen trato laboral (horarios y garitas)
2. Paraderos exclusivos (le aconsejo ver los paraderos de la ciudad de Curitiba, Brasil los cuales son en sistema de tubo y modulares donde solo se pueden abrir las puertas ahí).
3. Cobrador automático,
4. Velocidad restringuida-
5. CURSO básico de trato al usuario para los conductores.
6. FUERA los colectivos.
El ¿como?, esa es pega suya. Exito!
Y sacar los autos mal estacionados, reparar las calles, paraderos de buses libres de vehículos estacionados, mejorar la condiciones económicas. Etc, etc, etc