El diputado Jaime Araya (IND-PPD) manifestó que el Plan Calles sin Violencia es solo una parte de la estrategia de seguridad que el gobierno está implementando para hacer frente a una crisis sin precedentes en la historia del país. No solo se trata de intervenciones en las ciudades con los indicadores más complejos, la idea además contempla una serie de inversiones en las policías, el Ministerio Público y la implementación de leyes para combatir de una manera más profunda el narcotráfico y el crimen organizado.
“Es todo un esfuerzo para recuperar la presencia del Estado en aquellos lugares en los que su ausencia ha permitido que el crimen organizado tome el control del territorio, con bandas que se dedican a extorsionar comerciantes en la región, cuestión que antes no ocurría, como también la utilización del homicidio como forma de control territorial”, explicó el parlamentario.
Como parte de los compromisos de gobierno con la región en materia de seguridad, esta mañana el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, lanzará el plan en Antofagasta. Para Araya, quien escuchó los detalles de la estrategia de seguridad por parte del subsecretario y de la ministra del Interior, Carolina Tohá, se trata de políticas bien pensadas y que marcarán una gran diferencia, sin embargo, aseguró que el gran desafío será la ejecución. Y como ejemplo recordó el anuncio presidencial realizado hace siete meses y que indicaba que en octubre se pintarían las fachadas del casco histórico de la ciudad.
- ¿Qué expectativas tiene del Plan Calles sin Violencia en Antofagasta?
Lo primero es que se concrete y no sea como el anuncio del presidente de pintar el centro de la ciudad en tres semanas. El principal desafío del gobierno es hacer realidad los anuncios, que son buenos diseños, políticas que si se concretan van a cambiar la vida de la comunidad y desde ese punto de vista me parece que se requiere mucha más supervisión respecto del cumplimiento de los anuncios. Ayer (miércoles) en la sesión especial de la Cámara, con la exposición de la ministra Tohá y del propio subsecretario Monsalve, uno se da cuenta de que son políticas bien pensadas, por eso insisto que el gran desafío es la ejecución. Cuando la gente pregunta por el Plan Calles sin Violencia hay una regla objetiva para decir cuáles ciudades que están dentro y lamentablemente son las que tienen más de diez homicidios. Porque como ejemplo de la necesidad de pasar a la acción tenemos el anuncio de pintar el centro en tres semanas y, lo que se hizo fue una pequeña puesta en escena para mandar una foto, pero, en términos reales, la instrucción presidencial no se cumplió y eso habría cambiado el rostro de la ciudad.
La ministra explicó en detalle los cinco ejes del Plan Calles sin Violencia y lo primero a decir es que se trata de una estrategia de seguridad mucho más amplia que impuso el presidente. Es fundamental que la ciudadanía sepa esto, tiene que ver con fortalecer las instituciones y las inversiones que se han hecho en Carabineros, la PDI y el Ministerio público, es un eje fundamental junto con lo que se hizo en materia de crimen organizado. Ahora tenemos un consejo nacional en esta materia, es una política nacional y, además, hay niveles regionales de acción para el crimen organizado y el control de las armas. Son temas que van al cuello de la persecución criminal, con la adquisición de equipamiento y el reforzamiento legislativo, en conjunto con leyes que están operando, como la de narcotráfico y crimen organizado.
Y un cambio importante es que ahora los municipios ya no compiten por recursos con sus proyectos en la Subsecretaría de Prevención del Delito, prácticamente son asignaciones directas que son distribuidas conforme a criterios objetivos.
Es todo un esfuerzo para recuperar la presencia del Estado en aquellos lugares en los que su ausencia ha permitido que el crimen organizado tome el control del territorio, con bandas que se dedican a extorsionar comerciantes en la región, cuestión que antes no ocurría, como también la utilización del homicidio como forma de control territorial. Esto lo han dicho distintas autoridades en diversos espacios, como la ministra del interior, el subsecretario, el fiscal nacional o los altos mandos de Carabineros y la PDI. Calles sin Violencia viene a atacar los nudos críticos de los problemas de seguridad pública.
- ¿Cree que este conjunto de medidas llegó principalmente como una solución reactiva y que tuvieron que pasar varios hechos para que finalmente terminara aplicándose una idea como el Plan Calles sin Violencia?
Siempre las cosas pueden hacerse mejor, pero los esfuerzos que hoy estamos viendo son para una crisis de seguridad que no tiene precedentes. Chile no tenía experiencia en esto, las nuevas forma de criminalidad que arribaron aprovechándose del fenómeno de la migración el irregular son innegables. A pesar de las complejidades que tiene el Estado es muy valioso que muestre la capacidad de reaccionar frente a este fenómeno entregando soluciones concretas, bien pensadas y que cuyo mayor desafío es que estos planes hoy sean ejecutados tal como se diseñaron y con evaluaciones periódicas, algo que comprometió el Ministerio del Interior. Esta mañana (ayer) tuve dos actividades vinculadas a seguridad y lo primero que puedo relevar es que la ministra, considerando todas las dificultades que existen, está dando cumplimiento al cronograma establecido en el acuerdo transversal de seguridad.
- ¿Cuáles serán los principales desafíos al momento de aplicar este plan en la ciudad?
Lo primero es recuperar la presencia del Estado de las calles, es importante que en todas las ciudades, en todas las comunas se sienta su presencia, porque es fundamental que vuelva a los territorios. Existen recetas conocidas y que funcionan, como la presencia permanente de los servicios públicos, hay lugares donde la comunidad no ve ningún vehículo con logo de institución fiscal y eso es muy peligrosos porque es en esos sectores donde los grupos de narcotráfico y de crimen organizado se instalan. Esto tiene que ser sistemático, todas las semanas, en distintos lugares para que la gente vea que el Estado existe y está presente, ya que uno de los grandes problemas que tenemos, es cuando los vecinos dicen «aquí no entra nadie, ninguna autoridad, ni siquiera los Carabineros». Esto no puede continuar pasando, el Estado a través de sus distintas entidades debe presentarse en el territorio, una cuestión tan obvia que muchas veces las autoridades no logran verla. La presencia del Estado es lo único que nos permite levantar una barrera contra el crimen organizado que crece rápidamente en los lugares donde está ha estado ausente.
- ¿Qué evaluación haría del rol que están cumpliendo la Delegación Presidencial en materia de seguridad pública?
Es difícil hacer una evaluación, porque considerando el nivel de esta crisis, no podemos ser injustos y decir que esto es responsabilidad de una sola persona. Lo que sí tenemos que ver propositivamente es qué otras tareas pueden realizarse para que la acción del Estado sea mucho más sistémica y no solo sean acciones aisladas. Esto involucra a todos y, por ejemplo, también tiene que ver con Desarrollo Social, porque es fundamental agilizar la inversión pública. No podemos seguir con la lentitud que tienen los procesos de intervención en áreas críticas, tiene que agilizarse la inversión y en eso Desarrollo Social tiene una gran responsabilidad. Una pregunta es qué estamos haciendo para impedir que las bandas criminales recluten a niños entre los 13 y 16 años que están desescolarizados. La tarea es multidimensional y no podemos hacer la evaluación de una sola persona, porque no sería justo a pesar de la visión crítica que tengo de cómo se han hecho algunas cosas.
No puede responsabilizarse a alguien por la tremenda crisis de seguridad que tenemos ni tampoco pensar que una sola persona puede resolver este problema y en esto tienen algo que decir todos los servicios del Estado. Si se ejecuta la recuperación de una cancha, no basta con la obra física, hay que rearticular los clubes deportivos, acompañarlos durante largo tiempo para que puedan desarrollarse, tener personalidad jurídica, financiamiento, que las luminarias puedan pagarse para que el lugar se ocupe durante la noche. No se trata solo de entregar obras físicas, también se necesita programas para el uso intensivo de espacios públicos y todo esto requiere de mucha coordinación entre los servicios públicos.
- Mencionó el plan de recuperación del centro. El presidente en octubre del año pasado dio la instrucción de que ese mismo mes tenía que pintarse todo el casco histórico, pero hasta el momento el avance ha sido lento. ¿Qué opinión tiene a siete meses de ese anuncio?
Es un buen ejemplo de cómo anuncios que son muy importantes y que van al corazón de la demanda ciudadana no se ejecutan por las razones que sea. El Presidente dio una instrucción que entusiasmó a todos y la verdad es que no se ha cumplido. Hablando en positivo, lo que podemos decir es que ese tipo de cosas no puede volver a pasar, por lo tanto, Calles sin Violencia necesita un sistema para rendir cuentas de manera permanente. Y esto no con un ánimo de fiscalización o denuncia, sino para una mejora constante, buscando espacios de mejora. Lo que pasó con el centro de Antofagasta no vuelva a repetirse, pero creo que Calles sin Violencia es un plan contundente, que va a la vena del problema para recuperar la tranquilidad.
No han echo nada la delincuencia reina en antofagasta sentado y arreglándose la barba no se hacen las cosas en las noches salgan a ver insitu