Los casos confirmados de la influenza aviar en Antofagasta y el norte del país generan máxima preocupación por el riesgo que representan para la salud pública y la economía. El virus H5N1 “puede afectar a las personas, quizás no como el covid, pero al ser algo bastante desconocido hay que tomar todas las precauciones”, advirtió Carlos Guerra, doctor en Biología y director del Centro Regional de Estudios y Educación Ambiental (Crea), de la Universidad de Antofagasta.
En el sector de La Portada y luego en la bahía de Mejillones aparecieron las primeras aves muertas y otras que agonizaban debido a la influenza aviar, por lo que el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) activó sus protocolos e hizo un fuerte llamado a la población a no acercarse en caso de encontrar esta clase de animales sin vida o enfermos. La forma de transmisión es a través de heces y secreciones respiratorias por contacto directo o indirecto (alimento o agua).
Carlos Guerra sostuvo que la tarde de ayer el SAG convocó en una reunión a todos los centros de rescate y especialistas en fauna silvestre, instancia en la que explicaron que Chile no cuenta con mucha información sobre el virus H5N1. “No habíamos tenido un virus con una contagiosidad y una velocidad de diseminación tan rápida como éste. Nos comentaban que hubo pequeños episodios anteriores en el país, pero solamente constreñidos a las zonas donde hay crianza de aves y que fueron controlados. Ahora, el virus viene por las poblaciones silvestres y por ello es muy difícil de manejar. Nos señalaron que hace 20 años tuvimos algo parecido, pero no con la velocidad que vemos”, detalló.
El especialista manifestó que la autoridad está muy preocupada y que por ello pasó de un estado de alerta a emergencia zoosanitaria por el virus. Hasta el momento, precisó Guerra, los análisis muestran que los pelícanos son la especie más afectada. También dijo que hay un caso de un piquero y una gaviota de cola negra en Arica, pero la diseminación masiva de la enfermedad es en la especie pelicanus thagus. “Se trata de un ave guanera masiva porque encuentra alimentación en grandes volúmenes de anchovetas y sardinas, por lo que está presente en toda la zona norte de Chile y el centro-sur de Perú”, indicó.
El SAG publicó que “las infecciones en humanos por los virus de la influenza aviar son poco frecuentes, pero pueden ocurrir, por lo general luego de tener contacto cercano con aves infectadas. El riesgo actual para el público en general de los virus de la influenza aviar es bajo; sin embargo, es importante recordar que el riesgo depende de la exposición y que las personas con más exposición podrían tener mayor riesgo”.
La máxima preocupación es por el impacto en la salud pública y la economía. El académico expresó que cuando se detecta que el virus entró a un criadero de pollos, por ejemplo, hay que eliminarlo completamente, porque el H5N1 no tiene tratamiento. Con los animales que se contagiaron ya no pueden hacer nada, solo aplicar la eutanasia si es que continúan vivos. “Es preocupante para la salud humana y la economía, porque puede afectar a las personas, quizás no como el covid, pero al ser algo bastante desconocido hay que tomar todas las precauciones”, enfatizó.
La autoridad informó que nadie puede levantar o trasladar un ave que esté moribunda, desorientada, que no pueda caminar bien o que pierda el equilibrio. Al observar esos síntomas las personas no deben acercarse ni menos tocar la especie. “Lo que corresponde es informar al Servicio Agrícola Ganadero para que los profesionales acudan al lugar con todos los elementos de bioseguridad y retiren en el ave. El SAG podría tomar muestras de la especie o si está muerta, siguen todo un protocolo para el manejo de cadáveres”, puntualizó Guerra.
En época de verano donde aumenta la presencia de personas en los balnearios y la costa en general, el especialista advirtió que, si la comunidad encuentra el cadáver de un ave, sin importar su especie, no debe tocarlo ni acercarse, evitando que los niños jueguen en esa zona. Esto, ya que el virus pudo quedar en las fecas o secreciones en la arena.
“Lo mejor es retirar a los niños, sobre todo a los más chiquititos del área. Y si ven un animal moribundo, la tendencia de la gente es acercarse para ayudarlo. Pero en estos casos no tienen que hacerlo, hay que ser drásticos porque el riesgo es grande. En la región, si por algún motivo no logran comunicarse con el SAG, pueden avisarnos a través de las redes sociales o llamarnos, para que nosotros actuemos de intermediarios con el servicio. Esto es importante, no lleven las aves al centro de rescate porque en este momento prácticamente tenemos la prohibición de recibir por la emergencia en la que estamos», insistió.
Aunque el virus está concentrado en los pelicanos, el académico sostuvo que la recomendación es evitar el acercamiento con cualquier ave muerta o que presente complicaciones. La probabilidad de contagio es entre pelícanos, por su forma de vida, ya que se alimentan en el agua y sueltan secreciones o defecan, dejando el área contaminada. Es por ello que si otro pelícano come en el mismo lugar se contagia rápidamente, razón por la que esta especie muere masivamente. Sin embargo, también pueden contagiarse otros animales que comen cerca de ellos, como los piqueros gaviotas e incluso se teme que los pingüinos también pudieran contagiarse, aunque con menor probabilidad.
“El SAG a nivel nacional nos dice que la medida tiene que ser precautoria y lo mejor es hablar de que todas las aves que tengan síntomas extraños, que no tengan habilidades, lo mejor es alejarse y llamar a la autoridad inmediatamente”, recomendó.
No es la primera vez que ocurre en el país, agregó el académico, hay registro de otros episodios, pero con diferencias, como el hecho de que fueron otras las aves que trajeron el virus. En este caso la enfermedad avanza desde Venezuela, Ecuador, Perú y Chile. El SAG informó que los brotes anteriores fueron contralados junto con la industria avícola y sucedieron en el año 2002 con el H7N3 y brotes de influenza aviar de baja patogenicidad en el 2011 (H4N8), 2016 (H7N6) y 2019 (H7N6). Además, Guerra aclaró que para el caso de los humanos se llama pandemia, pero para los animales es panzootia y ya se está hablando de este concepto.
“Lo otro importante es el tema de los perros, algo que plantee en la reunión, porque en nuestra zona tenemos perros sueltos (sin su dueño como dice la ley). La interacción de estos pelícanos moribundos con los perros puede generar un problema mayor, porque pueden atacar un ave enferma, ya que muchos de estos animales están comiendo especies marinas. Tenemos que pedir a la gente no suelten a sus mascotas en la playa y en el caso de los perros sueltos, la autoridad sanitaria y el municipio tendrá que tomar medidas o la panzootia podría diseminarse”, aseguró el director del Crea.
A pesar de este escenario en la región, Carlos Guerra señaló que las personas tienen que ir con tranquilidad a la playa y que no puede generarse una alarma pública. “Esto es algo focalizado, grupos de pelicanos que son llevados por la corriente. Lo importante es tomar las precauciones en caso de observar alguna situación y llamar a la autoridad”, concluyó.