En el auditorio del Hospital Regional de Antofagasta sesionó la comisión investigadora de la Cámara de Diputados que indaga la gestión de las listas de espera en la red de salud del país. En la reunión expusieron el director (s) del hospital, Pedro Usedo y el director del Servicio de Salud (SSA) Francisco Grisolía, quienes apuntaron a motivos multifactoriales que inciden en las listas de espera. Entre las causas detallaron que, desde su entrega en el 2017, el recinto médico referencia de la macrozona norte ha enfrentado una presión sostenida al alza en su demanda, ya que, en la actualidad, los usuarios de Fonasa en la región superan las 550 mil personas. También recordaron el déficit de profesionales en la zona y las constantes fallas en el servicio de la concesionaria, lo que incluso ha obligado la suspensión de exámenes y cirugías.
La comisión investigadora está compuesta de forma permanente por 13 parlamentarios, entre los que se encuentra el diputado Jaime Araya (IND-PPD), pero al tratarse de un sesión en Antofagasta, Yovana Ahumada (PSC) y José Miguel Castro (RN) también fueron parte de la comisión.
El director (s) del Hospital Regional señaló que el recinto médico es el establecimiento de referencia para toda la macrozona norte, lo que de inmediato implica una demanda mayor a la de hospitales de regiones cercanas.
Las cifras de Fonasa indican que la región de Antofagasta tiene 553.748 usuarios. “Lo cual agrega una exigencia adicional a un sistema que ya está bastante exigido. El 91% de la población de Antofagasta es usuaria del sistema y está bien, son directrices tomadas a nivel nacional y que compartimos, como el copago Fonasa cero. Es algo que aplaudimos como funcionarios públicos, pero que obviamente genera exigencias que impactan en la resolución de los problemas y limita la posibilidad de actuar acorde a los tiempos que la población necesita”, manifestó el director (s).
A este factor, agregó Usedo, añade el hecho de que la región no es atractiva para que los médicos se queden. “Tenemos un grave problema con el sistema de los médicos PAO (Periodo Asistencial Obligatorio), que llegan a hacer un tremendo aporte a la región, pero no existe un sistema que logre la retención de los profesionales. En Oncología, los PAO terminaron y se fueron, generando una crisis sanitaria importante, porque nos quedamos sin médicos oncólogos en la región”, dijo.
El director (s) reveló que durante el 2024 registraron más de 200 licencias médicas en el estamento médico, lo que da cuenta de la pérdida de 8.000 horas médicas que debieran estar disponibles para las listas de espera de consultas con especialidades y las lista de espera quirúrgica. La explicación, apuntó, se debe a que son especialistas únicos con una sobrecarga alta de trabajo.
El 2024, además, tuvieron la renuncia de 20 médicos dejaron de hacer turnos por diferentes motivos, algunos porque se fueron, otros porque no quieren seguir en turnos y desean cambiar su estilo de vida. Y de los médicos que no hacen turno, el año pasado registraron la liberación de 40 cargos.
“En muchas áreas tenemos especialistas únicos. Tenemos dos médicos reumatólogos en el hospital, uno a 22 horas, porque su otra jornada la realiza en turnos. Comentaba a los parlamentarios que, por problemas con este modelo concesionado, hay medidas de mitigación que han generado impactos acústicos y justamente esta colega presentó una licencia por estos problemas, licencia que se ha extendido y quedamos sin médico reumatólogo, lo que sin duda incrementará más el fenómeno de listas de espera. Y así pasa con otras especialidades, tenemos un fisiatra. Somos referente en la macrozona norte en cardiocirugía, mejorando sustancialmente gracias al esfuerzo de nuestros cardiocirujanos y tenemos dos con 22 horas, también necesitamos más especialistas”, afirmó.
El ausentismo laboral, expresó Usedo, también está gatillado por factores como los problemas con la concesionaria y los planes de mitigación que provocan afectación en otras esferas a los funcionarios.
SALUD MENTAL EN URGENCIAS
Entre los rezagos de la pandemia, el médico señaló que hubo un cambio epidemiológico significativo, ya que uno de los principales problemas en los sistemas de urgencia es la salud mental. En promedio en el servicio de Urgencias amanece con 20 pacientes de salud mental y el sistema no cuenta con la capacidad para mantenerlos. El hospital no tiene psiquiatras infantojuveniles, lo que queda a cargo de médicos generales que realizan esfuerzos. Esto lleva a pagar prestaciones en la única clínica psiquiátrica de la ciudad, que tampoco tiene psiquiatra infantojuvenil.
Es un tema de difícil solución, que no pasa solamente por el hospital. Señores parlamentarios, ustedes entenderán que hay muchos temas que han generado impacto en nuestra salud pública y que no están en nosotros resolver. Hemos tenido la mejor voluntad para hacer las mejoras de gestión necesarias para dar respuesta, pero escapan un poco de nuestro quehacer”, planteó Usedo. El tema migratorio es otro fenómeno que expuso, población que requiere asistencia sanitaria y que aumenta la demanda del hospital.
SISTEMA CONCESIONADO, LA GUINDA DE LA TORTA
“Al déficit de especialistas, a la renuncia de médicos en el hospital, el factor geográfico para que profesionales PAO se queden en la zona, el aumento de la migración y más de 550 mil usuarios de Fonasa, se agrega ‘la guinda de la torta, vivimos en un sistema concesionado’. Los parlamentarios saben que hemos tenido muchas contingencias, excesivamente altas que impactan en la atención, en los funcionarios y generan un adicional al aumento de las listas de espera”, cuestionó el director (s).
El médico reconoció que la gestión tiene problemas, lo cual quedó ratificado en las investigaciones de la Contraloría. En ese sentido manifestó que hay problemas del sistema que están identificados y están en un plan para solucionarlos, realizando mejoras, levantando mejores procesos cada día. “Hemos sido tremendamente autocríticos de nuestra gestión, pero también hay situaciones que son propias de la ubicación geográfica, de las limitaciones para contar con acceso a especialistas y lo que es peor, estamos dentro de un modelo concesionado que genera complicaciones que nos hacen difícil llevar la continuidad como quisiéramos”, criticó Pedro Usedo.
PROBLEMA ESTRUCTURAL
El director del SSA, Francisco Grisolía, afirmó que un problema punto estructural en el sistema son las fallas del servicio provisto por la concesionaria, argumentando que han experimentado una cantidad significativa de problemas relacionados con su operación.
“El 2018, a los pocos meses de entregarse el hospital hubo una fuga de gas que obligó la evacuación completa del establecimiento y raíz de esta fuga la autoridad sanitaria inspecciona y encontró que las tres calderas no tenían autorización. También hubo una filtración en el área de farmacia que dejó al recinto sin laboratorio de urgencia y sin PCR en plena campaña de invierno. Con la imposibilidad de conseguir el respaldo adecuado, porque son 2.000 exámenes que, con resultados en una hora para tomar resoluciones, mientras que la alternativa solo cubría 150 pacientes con entrega de resultados entre 48 y 72 horas”, recordó.
Grisolía también habló de la filtración que vivieron en Farmacia, la que fue por aguas servidas y llevó a una pérdida de cinco millones de pesos por un atasco en uno de los codos de alcantarillado. Según el director, la empresa aseguró que había una revisión permanente más allá del contrato, pero al revisar el sistema de alcantarillado, una cantidad importante ni siquiera habían sido removida porque tenía los sellos originales desde que se entregó el hospital.
“En esterilización se despegó un codo de PCV generando una inundación la sala. Hubo un incendio en una de las torres de enfriamiento, lo que ocurrió por una intervención no programada ni avisada. Todo esto tiene como constante es que nunca ha sido la empresa la que ha informado el evento. Han sido funcionarios del hospital los que han detectado el problema e informan al director y éste a la empresa concesionaria. Nunca han funcionado las alertas necesarias y tampoco hay plan de contingencia”, emplazó el médico.
Y de las fallas que han logrado cuantificar en su afectación, en la de pabellones, quedaron con cantidad significativa de cirugías sin ejecutar. “Había 104 cirugías programadas, sin embargo, si uno estima el tiempo que los pabellones estuvieron parados y la producción media, la pérdida fue de cerca de 1.800 cirugías”, enumeró.
BRECHA DE ESPECIALISTA
También se refiriói a la brecha de facultativos y detalló que Antofagasta tiene la tercera menor cantidad de especialistas por habitante, lo que deriva en importantes dificultades cuando tratan de resolver patologías, particularmente las de listas de espera.
“Además, tenemos una cantidad importante de renuncia de especialistas en forma regular. Entre el 2020 y el 2024, solo en el Hospital Regional renunciaron 210 especialistas, para toda la región son 384. El Hospital Regional tiene una dotación promedio de 415 a 420 médicos y si todos los años están renunciando sobre 40 especialistas, eso implica un 10% de la dotación que se va”, dijo.
Y otra dificultad estructural es la relacionada con los cambios en la complejidad del hospital, que cuando fue entregado tenía 578 camas básicas y 93 camas críticas. La necesidad de incorporar nuevas especialidades obligaó a complejizar más camas, lo que significa que las básicas bajaron. En camas media, de las que no había ninguna, ahora hay 397 y las críticas aumentaron de 93 a 117. Las camas medias representan un incremento del 62%, sin embargo, hubo una baja de 33 camas en total.
“Esta disminución es porque según el nivel de complejidad de una cama, la cantidad de personal necesario es mayor. La cama crítica necesita mucho más personal que una media y una básica, por lo tanto, cuando se diseña un hospital prácticamente tiene camas básicas e incluye una determinada dotación. Pero las necesidades obligan a aumentar la complejidad, nos quedamos con menos dotación y eso obliga el cierre de camas, lo que también impacta en la lista de espera”, explicó Francisco Grisolía.