La diputada Catalina Pérez reconoció que se equivocó con los mensajes que envió a su entonces pareja y fundador de Democracia Viva, Daniel Andrade, una vez estalló el caso Convenios.
Tras la publicación del reportaje de Timeline, la parlamentaria hizo recomendaciones, como ambientar la dirección que figuraba como dependencia de la fundación, según quedó en evidencia en las conversaciones a las que tuvo acceso T13.
“Se han filtrado mensajes horribles, muy posteriores a la firma de los convenios una vez que esto ya era públicamente conocido, para buscar ayudarlo y enfrentar lo que era en ese entonces para mí una crisis comunicacional. Me equivoqué”, señaló a través de una declaración pública.
Pero, agregó la congresista, “nada de esto da cuenta ni de lejos de un delito de fraude al fisco que es de lo que se me acusa o que conociera detalles con anterioridad y menos que haya intervenido en la firma de los convenios”.
Investigación por aborto
Este viernes, La Tercera informó que la parlamentaria está siendo investigada, en paralelo, por el delito de aborto. La Fiscalía Regional de Antofagasta abrió de oficio esta causa luego de revisar las conversaciones entre Andrade y Pérez, en el marco de las diligencias que lleva adelante por el caso Democracia Viva.
De acuerdo al mismo medio, de estos chats se desprende que la parlamentaria interrumpió un embarazo, lo cual está penado en Chile. Recordemos que solamente está permitido el aborto bajo las tres causales, y según el ente persecutor, ninguna de estas presentaba la congresista al momento de la intervención.
Por ello, se dictó una orden de entrada y registro para allanar las dependencias de un recinto médico en la capital, e incautar la ficha clínica de Pérez y otros elementos.
Para Pérez, esta nueva investigación en su contra se realiza también para buscar su desafuero, el cual será analizado el 10 de febrero de este año ante la Corte de Apelaciones de Antofagasta.
“Además de todo esto se ha conocido en las últimas horas una investigación paralela de la Fiscalía que ha decidido buscar además en mi información ginecológica algún motivo para desaforarme. Me parece miserable”, sostuvo.
Añadiendo que “como no existen evidencias para acusarme de tráfico de influencias, ni de fraude al fisco, ahora buscan en mis fichas médicas y ginecológicas un fundamento para culparme. ¡Este es un exceso que no tiene nombre!”.