Tal como se predijo al momento de ser anunciado, cayó el proyecto de un metrocable o teleférico para Antofagasta y es de toda lógica que así sucediera y por dos razones principales.
Primero, la lógica, un teleférico nunca ha sido la solución para el transporte longitudinal en una ciudad como Antofagasta. Quizás en una ciudad como Medellín, de donde se trajo ese modelo y en otros lugares como La Paz, un teleférico resulta más económico y una real solución, para salvar diferencias de altitud, como podrían ser los ascensores en Valparaíso o para moverse entre los cerros de esa misma ciudad o como se postula para Iquique, para unir el plano con Alto Hospicio.
La segunda y la que tal vez más molesta es que nunca hubo una real intención de dar una solución al transporte de nuestra ciudad. La razón del anuncio de un estudio de un posible metrocable, porque eso era, sólo un estudio, y de otras iniciativas de transportes en otras ciudades, era crear una cortina de humo para lo que realmente se quería anunciar, una nueva millonaria inversión en la Región Metropolitana.
Para la capital se contemplaba anunciar una inversión que superba los 1.173 millones de dólares para la extensión en 3,8 kilómetros de la Línea 3 de Metro a Quilicura, sumando tres nuevas estaciones. La extensión en 5 kilómetros de la línea 2, sumando cuatro nuevas estaciones. A esto se sumaban otros 317 millones de dólares destinados a la ampliación de la capacidad de la red actual de Metro, como la compra de 12 nuevos trenes. Paralelamente, la Mandataria anunció la realización de estudios para evaluar el desarrollo de una nueva línea de Metro en el corto plazo.
Era fuerte. El ejecutivo constataba que esas tremendas inversiones en la capital, produciría el lógico rechazo de las regiones, por tanto, para hacer el anuncio y cubrir esta inversión con un supuesto manto que las inversiones eran para todo el país, a última hora llamaron a los intendentes pidiéndoles que llevaran a Santiago todo lo que tuvieran como proyectos en transportes, y anunciarlos para suavizar el golpe que significaba para el resto del país, este nuevo manotazo al erario nacional por parte de los capitalinos.
El Gobierno Regional de Antofagasta, sin tener nada importante en transportes que presentar, acudió urgente a CREO y les pidió lo que tuvieran entre sus ideas de proyectos. Así el metro cable de Antofagasta pasó a ser parte de esta cortina de humo creada por el gobierno central para nuevamente meterle el dedo en la boca a todas las regiones y seguir gastándose el dinero de obras públicas en Santiago y mantener calladas y tranquilas a las regiones.
Foto: @Chrischile
Nos hemos vuelto expertos en armar «cortinas de humo» y cada vez que nos enfrentamos a temas realmente importantes y que interesan a la ciudadanía, se lanza una «cortina de humo», porque lo que realmente importa e interesa a las autoridades, no es la gente, sino el proteger y velar por sus propios intereses.
Chile atraviesa por una de las crisis de confianza más severas que yo recuerde y nadie cree en nadie. Está en tela de juicio la Iglesia, la política, el gobierno, familiares directos de la presidenta, instituciones armadas y de orden, el parlamento, parlamentarios, partidos políticos, empresarios y la lista es interminable. Tenemos nublada la razón.