El 80% de la población regional declara haber sufrido en el último año alguna condición o enfermedad asociada a su salud mental como consecuencia de las distintas crisis que han afectado al país y al mundo, tanto en lo sanitario, como lo social y económico.
Así lo indica un estudio elaborado por Cadem y Enjoy, en conjunto con la Universidad Adolfo Ibáñez y apoyo local de la Universidad de Antofagasta, que tuvo como meta conocer el estado socioemocional y las costumbres de entretención de los chilenos mediante entrevistas a aplicadas a población mayor de 18 años.
Los resultados fueron entregados en los salones de Enjoy y analizados por un panel que contó con la presencia del decano de la Escuela de Psicología de la Universidad Adolfo Ibáñez, Jorge Sanhueza; el psiquiatra y subdirector médico del Hospital Clínico de la Universidad de Antofagasta, Luis Barra; y el gerente general Enjoy, Eliseo Gracia; con el periodista Nicolás Paut como moderador.
Los resultados en general revelan una negativa autopercepción de la salud emocional de los antofagastinos, expresada, por ejemplo, en que ocho de cada diez, declara haber padecido alguna alteración en el último año, principalmente trastorno del sueño (60%), estrés académico o laboral (53%), crisis de angustia, ansiedad o pánico (49%), depresión (41%), trastorno alimenticio (38%) y conflictos familiares (34%).
Estas condiciones están presentes en toda la población estudiada, pero se perciben con mayor fuerza en mujeres (83%), jóvenes de 18 a 34 años (89%) y en los estratos socioeconómicos D/E (86%), que son los de menores ingresos.
El estudio también consultó respecto a los hechos que han provocado estos estados socioemocionales y aquí lo predominante fue la crisis económica y la inflación (69%), y las cuarentenas por covid de los años 2020 y 2021 (67%). Más atrás se mencionan como gatilladores de problemas socioemocionales las consecuencias del estallido social (49%) y la incertidumbre política ocasionada por la nueva constitución (46%).
Jóvenes
Durante la conversación, fueron varios los aspectos que llamaron la atención, por ejemplo, que sean los jóvenes uno de los grupos que más ha sentido impactada su salud mental, aspecto que el siquiatra Luis Barra relacionó con el proceso de consolidación de la personalidad en que se encuentra este segmento de la población.
“Entre los 16 y los 35 años uno se está terminando de armar como persona, definir pareja, uno puede haber estudiado una carrera, pero en este segundo ciclo uno está definiendo a qué se va a dedicar en la vida, y a esto debemos sumar que la pandemia nos mostró que si no tienes una base formada en términos económicos, la sensación de inseguridad y el estrés es mayor”, apuntó.
El especialista del HCUA también mencionó que, por distintos factores, la adolescencia se ha ido extendiendo, de manera que cada vez son más las personas que en las cercanías de los 30 años, siguen teniendo comportamientos adolescentes, todo esto agravado por las expectativas que se generan a través de las redes sociales y que también son estresores para esta población.
Felicidad
El estudio también consultó sobre la felicidad, y en esto el resultado muestra que quienes expresan mayormente este sentimiento son las personas del nivel socioeconómico C1, el segundo de mayores ingresos, y el grupo de 35 a 54 años.
Además, se consultó por los elementos que más aportan a esta sensación de felicidad, resultando los más mencionados la salud mental (los antofagastinos asignan un alto valor a una buena salud mental), la relación con la familia y los amigos, y la satisfacción personal con el trabajo.
Otro dato de interés fueron las costumbres sobre el uso del tiempo que manifiestan los habitantes de la región, donde el 73% dijo entretenerse al interior de su casa, siendo los hábitos más frecuentes escuchar música, usar redes sociales y aplicaciones móviles, y ver series o películas. Por el contrario, ir a recitales en vivo, al teatro, ballet u óperas, e ir a museos o galerías de arte fueron las actividades menos frecuentes.
“Pareciera ser que, con el distanciamiento social, las cuarentenas y el tiempo que estuvimos dentro de casa, nos acostumbramos a entretenernos de manera horizontal, en nuestra cama, en nuestra habitación, y allí con nuestro celular, tener contacto con nuestras redes sociales, escuchar música y ver películas”, apuntó el académico de la Universidad Adolfo Ibáñez, Jorge Sanhueza.
Por su parte, el psiquiatra Luis Barra manifestó que un factor de inquietud es el alto consumo de contenidos de redes sociales o televisión que manifiesta la población regional, el cual comparó con el consumo de comida chatarra.
En este aspecto, el psiquiatra manifestó que los beneficios más profundos para las personas “están en hacer cosas, más que en ver cosas”, y ahí mencionó como opciones deseables la actividad física, salir a pasear y dedicar tiempo a cosas que nos ayuden a crecer como personas.
A modo de conclusión, Barra dijo que a partir de los datos del estudio se puede concluir que la autopercepción de salud mental de los antofagastinos no es buena, sin embargo, apuntó que “no se debe concluir que estamos todos enfermos, pues se trata de un estudio de opinión”. Eso sí, el especialista consideró valioso contar con estos análisis, “pues nos permiten tomar conciencia sobre cuáles debieran ser las intervenciones para mejorar nuestra calidad de vida”.
Cabe señalar que el estudio consideró hombres y mujeres, de 18 años o más, de todos los niveles socioeconómicos, residentes en las comunas de la Región de Antofagasta. En total, se aplicaron 700 entrevistas con preguntas cerradas y abiertas entre el viernes 17 y el jueves 30 de junio del 2022.
