El día del periodista, que recuerda la promulgación de la ley que dio vida al Colegio de Periodistas de Chile, llega en medio de un país tensionado. Si bien se exhiben elementos recuperación de la economía y crecimiento, las dificultades de la política por llegar a acuerdos en materias fundamentales como pensiones, salud, seguridad o grandes reformas al sistema político, se acrecientan cuando inicia un segundo semestre que estará marcando por las elecciones de octubre, que en un hecho inédito, modificará en una elección a toda la plana política regional (gobernador, consejeros regionales, alcaldes y concejales).
En medio de este panorama, cabe detenerse para volver a situar el rol del periodismo en las sociedades, sobre todo en un país como el nuestro, en donde, según la última Encuesta Bicentenario UC, un 82% percibe una alta sensación de conflicto entre derechas e izquierdas y un 81% entre gobierno y oposición.
En este sentido, el ex director de la BBC y actual CEO del New York Times, Mark Thompson, en uno de sus libros habla que, “nuestras instituciones y organizaciones son, en buena medida, cuerpos vivientes del lenguaje público, de modo que, cuando cambia la retórica, también varían ellas”. En esta línea, los actores públicos y principalmente políticos y los medios de comunicación, son pieza fundamental para la recomposición de confianzas.
Por ello, cuando el periodismo es el llamado a develar la verdad, a interpelar, a cuestionar al poder, y a interpretar un sentir de mayorías en un planteamiento o pregunta, es bueno tener a la vista que el tono en que se abordan los temas en el debate público conlleva responsabilidad. Mucho se repite en política que el lenguaje construye realidad, y si antes el periodismo se posicionaba más al margen del debate público para representar objetividad, en la actualidad los periodistas son protagonistas de él.
Por otro lado, las redes sociales han difuminado la línea entre la opinión y la información, y han sido el motor de la proliferación de noticias falsas, lo que entrega dilemas éticos interesantes para periodistas y comunicadores. Y porque nos situamos en un país polarizado, el ejercicio del periodismo debe reflejar no solo un compromiso con la verdad, la objetividad y la equidad en el planteamiento de hechos y perspectivas, sino que también con la educación y el fomento del pensamiento crítico.
Al mismo tiempo que se desmienten noticias falsas, el ejercicio del periodismo debe saber que puede ser útil para ayudar a las audiencias a desarrollar habilidades para discernir la información veraz de la fake, y que el tratamiento de los temas que desarrolla en el debate público, puede ayudar a mejorar percepciones en la población que empujen finalmente a la política, a dar signos de unidad en pos de las urgencias sociales que el país ya ha manifestado. En un país tensionado, somos piezas fundamentales para la recomposición de confianzas.
Feliz día.
Buen análisis de los retos del periodismo contemporáneo en un contexto complejo como el nuestro