¿Quiénes somos nosotros para negar la oportunidad de regresar a su país de origen al migrante que no cuenta con los recursos para hacerlo? ¿Tan miopes estamos para no ver que esta es una necesidad real que necesita de una respuesta rápida y efectiva?
Por eso es que el “Plan Humanitario de Regreso Ordenado” del gobierno debe entenderse como lo que es, una oportunidad de retorno al país de origen de aquellos que voluntariamente deseen hacerlo y no una solución a la falta de visión para enfrentar este proceso, porque eso es “harina de otro costal” y debe resolverse de manera legislativa.
Para variar estamos en una posición en que los colores políticos priman por sobre los intereses y derechos de los propios migrantes que por propia voluntad decidan acogerse a este beneficio.
Siempre he sido crítica de todos los gobiernos que no han sido capaces de dar una respuesta concreta a una situación migratoria que llegó con fuerza a nuestro país y que cambió para siempre nuestra configuración.
Hasta el momento seguimos en proyectos y modificaciones al proyecto de ley, como un cuento de nunca acabar; segundo: las filas en extranjería siguen alcanzando varias cuadras, y así seguimos arrastrando graves deficiencias en políticas públicas que provocan por ejemplo problemas de hacinamiento y todas las consecuencias que ello implica.
Antofagasta es una de las comunas, fuera de la región metropolitana, que concentra la mayor cantidad de migrantes en el país, con una realidad propia en la cual permanecimos por casi un año con cifras de cesantía sobre los dos dígitos y con más de 60 campamentos y tomas ilegales en nuestro borde cerro.
Junto a la comuna de Estación Central, hemos liderado desde hace algunos años la discusión sobre el tema migratorio a nivel nacional, por eso es que -al margen de las críticas que han aparecido a la implementación del plan que ya concretó el regreso de los primeros ciudadanos haitianos-, se debe reconocer que es una alternativa que es agradecida por quienes la consideran como la única forma de regresar a su país, con sus familias, por lo tanto debe estar a disposición de quien lo requiera y que no esté en condiciones de hacerlo por sus propios medios.
Por su puesto que es el plan retorno es perfectible, pero es una forma de dar respuesta a una de las tantas necesidades que deja en evidencia a un sistema cojo y desactualizado que no se condice con la imagen de desarrollo y estabilidad que proyectamos hacia el exterior y con nuestra intención de disminuir las brechas que mantenemos con otros países miembros de la OCDE.
¿Estás de acuerdo?
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