En el mes recién pasado casi 9 mil jóvenes de la región y más de 275 mil a nivel nacional, rindieron la Prueba de Transición (PDT) para el ingreso a las universidades adscritas al sistema único de admisión. Sin duda un paso importante, pues se han preparado por mucho tiempo para elegir la carrera y la universidad donde recibirán su formación profesional.
Más allá del resultado de esta prueba, escoger qué y dónde estudiar es una decisión compleja, pues son múltiples los factores que se deben considerar. Sin embargo, pienso que el factor más importante es la vocación, que se determina a través de una profunda reflexión personal; etimológicamente la vocación es un “llamado”, una inspiración que nos empuja a una determinada forma de vida o, en este caso, profesión.
Desde esta óptica, una profesión es el área desde donde me siento llamado a desarrollar mi proyecto de vida personal, pero también desde donde contribuyo al bienestar y progreso de mi región y mi país. Es por ello que quiero compartir algunas reflexiones y algo de nuestro Proyecto Educativo Institucional, que orienta todo el quehacer de la Universidad de Antofagasta, especialmente en el ámbito académico, pues como institución pública y laica, fundamenta su accionar desde su vocación de servicio público en beneficio del bien común y del desarrollo de la región y el país.
Su oferta académica, tanto del área técnica como de pregrado, postgrado y formación continua, tiene un sello regional, con un profundo sentido de respeto y valoración del entorno. Asimismo, toda la investigación que se realiza en las más diversas disciplinas, va en función de las necesidades sociales, pues creemos en el rol democratizador del conocimiento y con esa convicción es que impulsamos su desarrollo desde nuestro plantel.
Esta mirada ha dado frutos que creo importante mencionar: el pasado mes de noviembre, la Universidad de Antofagasta fue destacada en el Ranking I+D+i 2021, elaborado por el Grupo de Estudios Avanzados Universitas, que mide la evolución de la investigación, desarrollo e innovación, en el sistema universitario chileno.
Este estudio ubicó a la UA en la séptima posición entre todas las universidades del país, y segundos en la dimensión impacto y calidad, sin duda un lugar de prestigio que nos llena de satisfacción.
Este y otros logros alcanzados no son al azar, sino el resultado del trabajo y esfuerzo de cada académico, estudiante y funcionario comprometido con un proyecto educativo que ha demostrado que podemos hacer docencia e investigación de calidad desde regiones.
Por ello, al momento de elegir qué carrera y dónde estudiar, te invito a mirar en tu región, a instituciones que, como la nuestra, han dado certeza de que con esfuerzo y compromiso, podemos ser una alternativa seria y de calidad, que contribuya de manera responsable a la descentralización y que sea el comienzo de tu formación con una clara identidad regional.
