La propuesta de reforma al sistema político que salió de la Comisión de Constitución del Senado y que esta semana se votaría en sala no genera consenso entre los parlamentarios de Antofagasta. El texto, entre otras indicaciones, establece la pérdida del escaño para quienes renuncien al partido o comité por el que fueron electos. También señala que para la elección parlamentaria de este año obtendrán representación legislativa los partidos que, en los comicios para diputados, alcancen un 4% de la votación nacional o consigan una cifra mínima de cuatro parlamentarios.
La Comisión de Constitución, presidida por la senadora antofagastina Paulina Núñez (RN), finalizó ayer el proyecto que está listo para ser revisado en sala, apuntando que más allá de a quién le toque gobernar, se necesitan normas claras que permitan al menos construir una mayoría para sacar adelante las reformas que el país requiere. En ese sentido, Núñez sostuvo que despacharon el documento que tiene como compromiso el fortalecimiento de la democracia y entregar gobernabilidad al país. Con la reforma, la senadora quiere “dejar de lado esa extrema fragmentación política que lo único que logra es que los caudillos, los molestos, los enojados, la pyme política, la pyme familiar termina tomando decisiones que son obviamente para la grandes mayorías”.
“Hemos visto mucha manipulación»
Desde el oficialismo, el senador Esteban Velásquez (FREVS) manifestó que apoyará todos los aspectos que le parezcan positivos sobre la propuesta para desarrollar una mejor actividad política. Por ejemplo, dijo compartir que aquellos que, integrando un pacto o un partido político y luego renuncien tengan que dejar su escaño. “Respaldo aquello, porque hemos visto mucha manipulación de los cargos por gente que solo busca llegar al Parlamento patrocinado por algún partido para más tarde renunciar y dedicarse a hacer negocios personales. Los independientes que se dedican a hacer negocios no pueden usar el respaldo político de un partido para llegar al escaño. Reformas de este tipo estoy dispuesto a respaldar”, aseguró.
El resto de las propuestas las revisará con mucho detalle, anticipó, porque al colocar demasiados filtros, no solo porcentajes, podría dejarse fuera una buena cantidad de quienes estarían cerca de esas cifras, quedando miles de electores sin representación.
“La fragmentación y la manipulación de aquellos pseudo independientes populistas ha sido hasta grosera. Negocian por su cuenta para beneficios personales de sus grupos de interés, sin mirar que la política es la construcción de un trabajo colectivo. Hay un personalismo que al revisar la gestión que desarrollan están al límite de la irresponsabilidad política y eso no puede seguir proliferando”, insistió Velásquez.
“Un traje a la medida de los grandes partidos»
También desde el oficialismo, pero con una opinión mucho más crítica, el senador Pedro Araya (PPD) expuso que probablemente rechace todas las indicaciones presentadas, porque entiende que es una reforma que atenta contra la democracia. “Tal vez sea un sistema que le guste a los grupos económicos, porque será mucho más fácil entenderse con dos grandes conglomerados que con la diversidad de la sociedad chilena”, cuestionó.
Araya remarcó que no se trata de una buena reforma, porque “al final lo que hace es meter la mano en la urna, porque si no se cumplen los supuestos que plantea la propuesta, determinados partidos no podrán escoger parlamentarios”. El proyecto trae una serie de normas, que, a su juicio, más que fortalecer la democracia generarán una camisa de fuerzas tratando de volver a los antiguos cuadros cuando existían dos bloques políticos en Chile, “algo que está absolutamente superado en el país”.
El legislador indicó que en la sala no habrá mucho espacio para modificar el texto, porque si el Senado lo aprueba pasará a la Cámara de Diputados. Y puntualizó que también es necesario subrayar que la reforma no se hace cargo de los principales problemas del sistema político, sino que “más bien es un traje a la medida para los grandes partidos políticos. Con este proyecto los partidos regionales no tendrán ninguna posibilidad de elegir diputados. Si un partido está constituido en Arica, Iquique y Antofagasta, será prácticamente imposible que alcance el mínimo porcentaje nacional”.
El senador recordó que esta proyecto recoge parte de las propuestas constitucionales que ya fueron rechazadas en el plebiscito, recordando que parte de ellas fueron hechas por el consejo de expertos que fue designado por los partidos. “No creo que esto vaya en el sentido de fortalecer la política, por el contrario, considero que intenta volver a la lógica de lo que fue el sistema binominal”, criticó.
“Se castiga a los parlamentarios y no a los partidos»
Desde la Cámara de Diputados y Diputadas, Yovana Ahumada (PSC) declaró que lo que se está haciendo es una camisa a la medida de los grandes partidos, porque las modificaciones buscan dejar fuera a los más pequeños. Esto, añadió, es una falta a la democracia, porque la Constitución señala que la conformación de los partidos sucede cuando varias personas coinciden en ideas, en propuestas y se presentan como una alternativa de representación para la sociedad.
“Hay mala intención cuando se quiere generar solo grandes grupos, que no necesariamente representan todas las ideas y por eso han nacido varios partidos, muchos que ahora se ven en la Cámara de Diputados”, manifestó.
Para Ahumada, el requisito del 5% le parece correcto, lo mismo que castigar a quienes utilizan los partidos para beneficio propio o hacen peregrinación política de un lado hacia el otro. Sin embargo, planteó qué es lo que pasa cuando los partidos no cumplen con la promesa de levantar y representar sus valores o propuestas y que, además, incurren en faltas.
“Cómo puede protegerse al diputado o se verá obligado a permanecer en un partido que no está cumpliendo, que no hace las cosas de manera correcta. Solo se busca una sola mirada para castigar al diputado o al senador, pero nadie piensa proponer opciones para que realmente cuando los partidos son pymes o cajas pagadoras, no se castigue a quien ha sido electo y consecuente con su trabajo. Al final el parlamentario terminará perdiendo su escaño y se premiará al partido que lo hace mal. Falta discusión y seguramente eso es lo que ocurrirá en la Cámara”, expresó Ahumada.
“Un intento de secuestrar la democracia»
El diputado Jaime Araya (IND-PPD) cuestionó que la reforma muestra una falta de sintonía con los problemas del país, ya que las prioridades de la región y de las comunas son otras. El parlamentario dijo que esto demuestra que los partidos solo se ponen de acuerdo para pactar lo que les conviene, vistiéndose de estadistas, aunque la reforma es “tan rasca”, que solo aplica a la Cámara de Diputados.
“Esto no es una reforma, no sube las exigencias para los partidos, no crea castigos a los partidos que presenten candidatos corruptos, no impone rebajas al financiamiento público de los partidos, y para peor, dicen que la iniciativa viene del texto constitucional que fue rechazado. En definitiva, aunque quieran vestir de solemnidad esta cocina política, es simplemente un intento de los partidos de secuestrar la democracia, lo que no ganan en las urnas, se lo quieren robar”, enfatizó.
Abierto a escuchar a los expertos
Desde la oposición, el diputado y presidente de la Cámara, José Miguel Castro (RN), planteó que se dará el tiempo de analizar el proyecto, agregando que las discusiones son muy distintas a lo que ocurre en el Senado. “Hay que escuchar a todas las partes y todos los expertos, no nos podemos obviar de la discusión”, manifestó. Además, señaló Castro, las órdenes de partido no iban a proliferar en la Cámara, algo que el gobierno trató de imponer, pero que, dada la realidad del Congreso, es imposible en la práctica y “tampoco es buena para la democracia”, cerró el diputado.