El rechazo a la propuesta de Constitución elaborada por la Convención Constitucional se impuso en las nueve comunas de Antofagasta, en un plebiscito de salida que registró una histórica participación electoral, con cifras que superaron al último proceso que contó con voto obligatorio. Sin embargo, analistas políticos y parlamentarios de la zona explicaron que la actual Carta Magna será modificada de todas formas, ya que, si bien el documento redactado por los constituyentes no obtuvo el respaldo necesario, la ciudadanía exige un nuevo contrato social que resuelva los puntos más críticos del modelo.
En la jornada del domingo, acudieron a las urnas 394.322 electores de los 489.069 habilitados para sufragar. El número es ampliamente superior a la última elección con voto obligatorio del 2009, cuando solo participaron 189.515 personas en toda la región, hecho que sin duda abre el debate sobre el retorno de esta modalidad para sufragar.
Igual que en prácticamente todo el país, la opción del rechazo se impuso en esta zona y en la comuna de Ollagüe incluso llegó al 78,21% (21,79% por el apruebo). Los datos del Servel, con el total de las mesas escrutadas indicaron que, en cifras globales, el 63,18% de la región optó por rechazar la propuesta constitucional y el apruebo alcanzó el 36,82% de los sufragios. En Antofagasta, la situación fue de 60,76% – 39,24%; en Calama 70,64% – 29,36%; en María Elena 59,15% – 40,85%. En la comuna de Mejillones, las votaciones quedaron en 58,44% para el rechazo y 41,56% para el apruebo, en San Pedro de Atacama fue de 54,50% – 45,50%; en Sierra Gorda 67,25% – 32,75%; en Taltal 57,41% – 42,59% y en Tocopilla 59,79% – 40,21%.
La diputada del Partido de la Gente, Yovana Ahumada, quien se había manifestado en favor de rechazar, manifestó que, viendo los resultados del plebiscito, la ciudadanía está pidiendo dejar los extremos. “La gente nos ha dicho que quiere cambios, que éste no era el texto que estaba esperando, eso quiere decir que estamos pendientes de dar respuestas a nuestra región y todos los chilenos. Por eso, desde mañana debemos colocarnos a trabajar y estamos disponibles para comenzar a hacer los cambios que la mayoría de los chilenos está esperando”, declaró.
El senador Pedro Araya (IND-PPD) destacó el desarrollo de este proceso democrático en el que millones de chilenos y chilenas dieron su opinión de la propuesta que realizaron los convencionales constituyentes. “Ya vendrá el tiempo de analizar el por qué de este resultado, qué cosas se hicieron bien y qué cosas se hicieron mal, en qué cosas falló la convención y los convencionales. Por lo pronto tenemos un tremendo desafío, ver de qué manera continuamos adelante el proceso constitucional para que sea el pacto social que el país necesita”, sostuvo el senador.
En ese camino, Araya también señaló el proyecto constitucional que rebajó a cuatro séptimos los cuórums para reformar la Constitución y que esa herramienta es hoy la llave maestra para el presidente Gabriel Boric. “Permitirá que pueda llevar adelante su programa de gobierno y hay un cuórum mucho más bajo para generar los consensos necesarios para avanzar en el proceso constitucional. En este sentido esperamos que el gobierno del presidente Boric y especialmente el presidente tome iniciativa en esta materia, que podamos sentarnos en la mesa a ver de qué manera seguimos adelante con este proceso”, declaró.
ENCUESTAS
Para Osvaldo Villalobos, consultor y analista político, las cifras que dejó el plebiscito eran esperadas y así lo marcaban las encuestas, instrumentos que ahora recuperan cierta validez. Y sostuvo que quiérase o no, la elección se transformó en una encuesta vinculante para el gobierno. “La actual administración quería que el plebiscito fuera lo más pronto posible, ya que mientras más tardaba, era más propensa a los errores que cometió el gobierno y figuras como Siches y Jackson, que le dieron un portazo al mundo de la izquierda de centro. Tal vez es un error que la gente lo interpretara de esa manera, pero así fue y si el plebiscito hubiese sido en abril, cuando venían con toda la impronta del ganador, probablemente el resultado habría sido otro”, aseguró.
Además, Villalobos puntualizó que el gobierno estuvo expuesto no solo a sus errores, también al delicado momento económico y al tema de la seguridad pública, con todo lo que ocurre en el sur del país.
ERROR DE ESTRATEGIA
Y advirtió que otro aspecto interesante del plebiscito fue el criterio con el cual el apruebo abordó su campaña, un criterio político-ideológico. Desde su perspectiva aquello fue un error de estrategia, porque un elemento que ha marcado al país en el último tiempo es que los chilenos no tienen una postura política estática. El analista reconoció que existen grupos que militantes, pero al mismo tiempo habló de que la gran mayoría pertenece a una sociedad líquida que se mueve en torno a cuánto se afectan sus intereses.
“El apruebo hizo una campaña con un criterio político, cuando lo que se necesitaba era un criterio electoral, porque el objetivo de una elección es ganarla para después hacer política, tener el poder para establecer lineamientos más ideológicos, no fidelizar la base doctrinaria. En cambio, el rechazo, tiene el mérito de que, desde el primer día de la convención, leyó cómo se desarrollaba esto y tuvo un criterio electoral. Cuando la derecha sale a reconocer que la Constitución de Pinochet, de la dictadura, había que cambiarla, aquello fue un criterio electoral. Le dijeron a la gente algo que podía identificar y eso no lo hizo el apruebo, que nunca terminó de reconocer que el proyecto tenía problemas, en cambio el rechazo, sí tuvo el criterio electoral de reconocer que la Constitución de la dictadura sí tenía problemas”, advirtió.
Villalobos también enfatizó que nadie en el rechazo puede colocarse en una posición de asegurar que la ciudadanía ahora viró a la derecha o a un modelo más conservador. Esto, porque en una sociedad líquida, la gente se mueve en torno a sus intereses y así como hace dos años el sector del apruebo no supo interpretar los resultados, ahora cae la responsabilidad en la gente que apoyó el rechazo de hacer la lectura política correcta y no sentirse los ganadores que pasaron por encima del otro sector. “Tienen que administrar este poder momentáneo o circunstancial para lograr lo que las personas están esperando. Algunos están diciendo que el centro político que se creía perdido se fue a manifestar y creo que hay algo de eso. La gente no quiere la Constitución de Pinochet, pero tampoco está dispuesta a aceptar cualquier cosa”, dijo.
