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jueves, 28 noviembre, 2024
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Columna de opinión

Reflexiones desde el Consejo Constituyente: Negociaciones y teoría de los juegos

"Plantear el ofrecimiento del retiro de las enmiendas y seguir con el compromiso ciudadano en todas las comisiones hasta cumplir el mandato popular, fue un acuerdo de la bancada progresista, para configurar un nuevo escenario en pos de lograr un acuerdo general": José Antonio González Pizarro, Consejero Constituyente

En el desarrollo de las distintas Comisiones que integran el Consejo Constituyente, se han verificado distintas situaciones, según los niveles del conflicto que conllevan puntuales temas- entre intereses y valores, por ejemplo- o cómo se despliegan las habilidades blandas de los expositores. A veces se avanza parcialmente, pero en las votaciones de enmiendas nos encontramos con la dura realidad: la sensibilidad que represento es minoría y, por ende, la aplanadora del adversario- léase, Republicanos y Chile Vamos- se impone. Se pensaba que las argumentaciones y los méritos de ellas- congruencia y consistencia, entre otras- podrían eventualmente hacer plausibles debatir éstas e imponerse la persuasión de la lógica de lo expuesto, sin mediar si representaba la mayoría o la minoría. Aquello se decantó casi desde el principio, en un clima de buenas maneras, lo numérico se imponía.

Cuando se observa que el decurso del texto que se está analizando- el famoso proyecto de la Comisión de los Expertos- para refrendar o modificarlo con variadas clases de enmiendas, sigue avanzando para remover bastante cosas que tiene; las últimas, denominadas enmiendas de unidad de propósito (EUP), consisten teóricamente en una conjunción de distintas bancadas que ofrecen un texto en común para ser votadas. Lo que hemos observado, es que tanto Chile Vamos como Republicanos, han presentado estas EUP, como un catalizador de todos los constituyentes. Y no es así. De igual modo, desde nuestra bancada, hemos redactado EUP. Se han rechazado mutuamente. Se imponen las que tiene el suficiente número de consejeros para aprobarla.

Se optó por las subcomisiones, o sea, reducir el marco negociador a seis personas. Nosotros fuimos elegidos para trabajar en la Comisión 3, que integraron Hernán Larraín (UDI), Luis Silva (Republicano), Sebastián Soto (Evópoli), Domingo Lovera (Revolución Democrática), María Pardo (Convergencia Social). Avanzamos bastante, en los tópicos consensuados. El poder judicial no entró en esta negociación. La regla era clara: se tenían que aprobar las cuatro subcomisiones. Era todo o nada. Una subcomisión podía lograr acuerdos, como la que participé, pero debía ser un acuerdo global.

Mirábamos con preocupación dos escenarios que se nos presentaba. Uno, las declaraciones de José Antonio Kast que apostaba por el Apruebo pero, de no aprobarse las enmiendas de los Republicanos, llamar a votar por el Rechazo. Un modo muy extraño de negociar, donde era una espada de Damocles: tú cedes y entrego lo susceptible de renunciar, más no lo sustantivo de mis ideas-enmiendas. Una fórmula que ha despertado inquietud por comenzar a tomar el proyecto de la Comisión de Experto, no solo su desnaturalización, sino una fisonomía muy identitaria, ideológica y partisana. Si, estimado/a lector/a, lo mismo que observamos en el proyecto de la Convención Constitucional que fracasó.

Dos, la posibilidad de plantear un punto muerto, que ayudara a revisar nuestras actitudes de cara a la ciudadanía. Y acá, podíamos acudir, no en la desesperación, a plantear un alto para la reflexión de lo que se estaba redactando, en un ambiente donde las conductas y gestos eran muy urbanos pero las enmiendas dejaban mucho que desear, tanto por los errores técnicos, v.gr. como llevar la objeción de conciencia que es de la persona al nivel de asignarlo a instituciones, o provocar un desbarajuste en los presupuestos municipales al señalar, v.gr, que la primera vivienda queda libre de contribuciones, pues éstas recaen en las propiedades de mayor plusvalía, afectando los ingresos edilicios y al Fondo Común Municipal, en un 77% en promedio para todas municipalidades, según un estudio de los académicos de la Universidad Católica del Norte, Dusan Paredes, Sebastián Cuéllar y Alicia Chávez, intitulado «Optimum fiscal equalization and welfare in Chile”, que verá luz en una revista principal de los EE.UU.

En nuestra experiencia académica impartiendo Ciencia Política en la Universidad de Antofagasta, uno de los temas que me agradaba era la Teoría de los Juegos y la variante del método de negociación de Harvard. Es necesario detectar cuáles son los objetivos en los negociadores- máxime cuando hay percepciones distintas en un sector- y plantear de qué  modo podemos ir determinando nuestros intereses- líneas rojas- para destrabar, grosso modo, los puntos que se estiman estructurales.

Plantear el ofrecimiento del retiro de las enmiendas y seguir con el compromiso ciudadano en todas las comisiones hasta cumplir el mandato popular, fue un acuerdo de la bancada progresista, para configurar un nuevo escenario en pos de lograr un acuerdo general. No escapaba a nuestra visión, que la lectura política del sector mayoritario- la derecha Republicana y Chile Vamos- debía abordar de modo franco la voluntad de alcanzar tal acuerdo o no. Hay minucias que dentro de variados temas donde estamos de acuerdo, la seguridad, por ejemplo, la forma de su redacción enreda el asunto.

El ofrecimiento de retirar las enmiendas y su reciprocidad constituyó no la búsqueda de una ofensiva comunicacional, sino el ánimo de encontrar, ahora sí, de manera seria, estas EUP, al conjugar visiones disímiles. Fracasó parcialmente esto, aunque, al momento de redactar estas líneas, se abrieron otras puertas.

Nadie puede arrogarse la mirada reduccionista de considerar que el adversario no está pensando en el bien de Chile. La diferencia estriba qué elementos son los sustantivos de esa imagen de Chile que procuramos mejorar y volver a constituirnos en el país de hermanos/as que somos, para colmar de felicidad la vida cotidiana de millones que habitamos esta larga y estrecha franja de tierra que es nuestra amada patria.

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1 COMENTARIO

  1. Me quedo con las últimas palabras que cada vez son menos propias…»Habitamos está larga y estrecha franja de tierra que es nuestra amada patria «. Miles de familias no habitan en casa propia y que además nuestro querido terruño es menos propio , porque sectores de la derecha política nos quieren imponer privatizaciones de todo lo que nos pertenece por ser ciudadanos chilenos…
    Lamentablemente está nueva convención constitucional NO HACE CASO DE LOS ECOS Y NECESIDADES DEL PUEBLO.

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