Ya se sabe que la palabra Binominal está satanizada, la clase política durante años nos ha estado machacando en forma contumaz que todos los problemas políticos de nuestra Nación se deben a este sistema electoral heredado del régimen militar, sin embargo, muy poca, sino ninguna voluntad ha existido para cambiarlo, porque es justamente gracias a este modelo se han beneficiado los dos grandes conglomerados políticos que actualmente tienen el poder.
Discursos en contra del binominal hay muchos, pero no ha pasado de la retórica porque el sistema beneficia a los partidos políticos de ambos sectores.
Como la palabra “binominal” ya está “demonizada” en la comunidad y, se ha hecho sinónimo de todos los males de la política actual, bajo la premisa de terminar con el “biniominal” hoy se presenta un proyecto de cambio al sistema electoral actual, pero que en la práctica lo que hace es profundizar el poder de los partidos políticos.
La materialización en la práctica del denominado binominal es que se eligen dos autoridades y se permiten que los candidatos se agrupen en listas o pactos, de modo que los votos de todos los candidatos de cada lista o pacto se sumen en beneficio del candidato de la misma lista que tiene más votos. Esto permite que candidatos con pocos votos sean “arrastrados” por otros, al sumarse los votos de las listas.
En las últimas elecciones de Concejales por ejemplo, en Antofagasta salieron electos Doris Navarro que obtuvo sólo 1.845 votos o el Dr. Antonio Cárdenas con sólo 1.522 sufragios, pero que iban en la misma lista con Jaime Araya quien obtuvo 10.303 votos. No resultaron electos entonces, entre otros, Gonzalo Dantangnan que obtuvo 2.445 votos o Guibaldo Ormazábal quien sumó 2.544. Se comprueba que el sistema de listas es perverso y beneficia a los bloques o listas.
La propuesta actual del Gobierno, mantiene esta lógica de las listas y pactos, por tanto, el efecto que sean electas personas con baja votación o lo que es lo mismo, que personas con alta votación individual se pierdan, continuará, por cuanto, lo que seguirá primando para la elección de los candidatos es la suma de las listas o pactos a los cuales pertenecen.
Con este sistema, los independientes tienen muy difícil competir con los conglomerados. Se suma a lo anterior, que ahora los distritos se reducen, conformando distritos nuevos de una mucho mayor dimensión territorial, por ejemplo, en Antofagasta se unen los distritos 3 y 4, de modo que las campañas ahora, de los candidatos a Diputados serán territorialmente similares a la de los senadores, lo que implica que los recursos económicos de los candidatos pasa a tener mucha mayor importancia, para poder llegar a todas las comunas de la región con su mensaje.
Un independiente, que puede ser conocido en una comuna y, que no vaya en lista con otros candidatos de la región, simplemente está perdido.
Otra consecuencia que puede ocurrir es que, en regiones como la nuestra, donde una comuna como Antofagasta concentra gran cantidad del electorado, será la comuna que elija todos sus candidatos, de modo que una persona de El Loa, no tenga posibilidades de ser electa, provocándose ahora un mayor centralismo, pero en las capitales regionales.
Como se ve, el proyecto fue pensado por los partidos políticos para beneficiarse ellos mismos, e impedir la llegada de más independientes que puedan disputarles escaños en el parlamento.
Si lo que se quiere realmente es terminar con el binominal, simplemente lo que hay que hacer es terminar con el sistema de listas y pactos y que sean electos, de entre todos los candidatos, aquellos que tengan la mayor votación, tan sencillo como eso.
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