«Se necesita que los académicos estén en el debate público”: María Cecilia Hernández, rectora de la UCN

La doctora en Química es la primera mujer en llegar al máximo cargo de la Universidad Católica del Norte (UCN). La ingeniera civil metalúrgica analizo las cifras de la presencia femenina en las carreras de ciencia y sostuvo que todavía quedan sesgos en la formación de las niñas. Hernández manifestó que “como sociedad estamos un poco desanimados (…) La universidad tiene un rol en ese cambio del estado anímico”

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La doctora en Química e ingeniera civil metalúrgica, María Cecilia Hernández, es la primera mujer en llegar a la rectoría de la Universidad Católica del Norte (UCN) en sus 70 años de historia. La profesional explicó que es un desafío que asume con gran responsabilidad, considerando que es representante de un mundo científico matemático que todavía cuenta con bajos porcentajes de presencia femenina.  “Cuando tu trabajo responsable, constante, te lleva a un lugar como éste y eso servirá a otras, asumo la responsabilidad y acepto que puedes ser una punta de lanza”, declaró Hernández.

La rectora también entregó su visión sobre el presente de las universidades, su alumnado y la incidencia que deben tener los académicos en el debate público. La investigadora fue entrevistada por el periodista Jorge Ortiz en “Café Minería”, podcast producido por Timeline y presentado por Escondida | BHP.  Hernández relató que en el comienzo de su carrera pretendía dedicarse de manera íntegra a la investigación, pero tras conocer la docencia en el aula sintió que el aporte y la respuestas eran más rápidas durante el contacto con los estudiantes.

Esta experiencia le permitió conocer los cambios que experimentan las nuevas generaciones de estudiantes, aunque dijo que en el interior siguen siendo personas en periodos de mucha incertidumbre. “Por ejemplo, le hago clases a futuros ingenieros metalurgistas, a algunos químicos y son pocos los que tienen la certeza de que quieren ser ingenieros metalurgistas. Tal vez cuando estamos estudiando decimos que tenemos esa certeza, pero cuando los ves te das cuenta de que hay mucha duda, duda de las propias capacidades. Tal vez antes era más restringidos de decir esto, ahora se les nota un poco más. Hay mucho miedo de salir al campo laboral”, explicó la rectora.

  • Las nuevas generaciones de estudiantes se enfrentan a otro paradigma, que no necesariamente la universidad o los estudios son garantía de algo.

Sí y mantienen la presión de la generación anterior, que puede ser su familia o gente mayor que los acompaña. Entonces está esa sensación de que es aquí donde tengo que estar y necesitan acompañamiento. No solamente es la clase teórica, sino también espacios donde ellos puedan conversar e ir trabajando esos temores. En estudiantes de último año se mantiene e incluso se nota más ese temor de si serán capaces de desempeñarse adecuadamente en una empresa. Estamos desafiados a apoyarlos más en esos aspectos.

  • ¿Ha cambiado el escenario para las mujeres en metalúrgica?

Ha cambiado, pero no tanto como quisiéramos. Hablábamos de tres de dos 200 (cuando la rectora cursó la carrera) y este año tenemos 30% en la UCN, 28% en la Chile, en la Católica 27% en el total de las ingenieras. Pero si vamos a ingenierías como sistemas y computación es un 8%, son muchos años y el porcentaje no ha cambiado radicalmente. Escuchaba que, en Minería, el número de mujeres aumentó en diez años de 7 a 21% y si en la facultad de ingeniería no hay más de un 30% entonces cómo se incrementará.

  • ¿Cuál es el diagnóstico en la universidad de la baja participación de mujeres en carreras como las ingenierías?

No es que no estén interesadas, son varios factores y tiene que muchos que ver con la casa, el colegio, el entorno, eso es lo que va marcando. Nosotros los acogemos cuando tienen 18 años, pero estudios recientes hablan de que a los cinco años las niñas se percibían menos buenas para temas de ciencia, matemática. Así de fuerte es el entorno.

  • ¿Cómo puede revertirse esa situación?

Tal vez los padres, la familia no se den cuenta del sesgo que hacen, no hay una intencionalidad, es cultural. El esfuerzo es que no haya nada que muestre a esas niñas que están imposibilitades de desarrollarse en algún ámbito. Vengo de una familia de cuatro hijas, mi papá nos regaló pelotas de fútbol, autos a pedales, mecano, también muñecas, vivía en un ambiente donde había mujeres que tenían cosas que tradicionalmente eran de hombres. No había limitaciones respecto de un juguete en una época donde no estaba la televisión que me mostrara los estereotipos. En ese sentido creo que era un ambiente bien puro para lanzarse en el ámbito que uno quisiera. Pero hoy con todos los mensajes que hay respecto de la belleza, de que las mujeres necesariamente son del ámbito de lo acogedor y lo técnico es más masculino. De a poco entra en la cabeza de las niñas el sesgo, que tal vez son mejores para otras cosas y ahí tenemos un esfuerzo que hacer, no es no regalar una muñeca, pero también regalar una pelota, algún juego de ciencia. Esos sesgos son los que nos marcan mucho.

  • Usted es la primera rectora de la UCN y en el país son pocas las mujeres en ese cargo. ¿Cómo sobrelleva esa situación de que niñas y adolescentes vean que se pueden alcanzar altos puestos que no estaban para las mujeres?

Efectivamente no estaban. Asumes una responsabilidad con ganas, precisamente por esas niñas. Soy sincera, a veces esas cosas me provocan pudor, porque no necesariamente la gente que trabaja en las universidades son los más extrovertidos. Pero cuando tu trabajo responsable, constante, te lleva a un lugar como éste y eso servirá a otras, asumo la responsabilidad y acepto que puedes ser una punta de lanza para otros. Los hombres también tienen ese desafío en muchos aspectos, los humanos tenemos desafíos y algunas veces nos toca ser punta de lanza de algo. Y ahí hace sentido, porque se está abriendo un oportunidad para otros y termina ese cuestionamiento de si merezco estar. Es una oportunidad que tienes que tomar porque servirá a otros.

Región

  • ¿Hay más oportunidades para la investigación ligada a la minería que en otras regiones y partes del mundo?

Aquí son espectaculares las oportunidades que hay para investigar, tienes clúster astronómico, minero, energético. Además, con esos clúster, que desarrolles habilidades en Inteligencia Artificial como algo transversal, puedes hacer mucho. Lo que nos desafía es tener los fondos, en un país con un aporte bajo. Se hacen esfuerzos, pero es poco todavía para investigación.

  • ¿Cómo gestionan los recursos las universidades, cada investigador sale a buscar fondos?

Hoy, universidades como la nuestra, con seis años de acreditación, tiene una política de investigación y temáticas priorizadas. Los fondos son a través de la Agencia de Investigación, Anid, y una fuente importante es la propia industria. Mientras se reconozca independencia para la investigación puede ser una dupla muy buena, porque en muchos países el financiamiento más que estatal proviene de la industria que requiere desarrollo.

  • ¿La Inteligencia Artificial entrará en el camino de la investigación?

Entrará en muchas áreas, como en enseñanza y aprendizaje, la facilidad de responder todo. Es una tremenda herramienta, lo que desafía es a plantear el espacio de aprendizaje de manera diferente para aprovecha esa herramienta. En minería es generar sistemas o equipamiento que tenga respuestas similares a la humana y, por otro lado, está la ciencia de datos que ayuda a tomar mejores decisiones. Los desafíos son éticos, normativos, pero es algo que llegó para quedarse y como universidad, en marzo de este año iniciaron las inscripciones para el doctorado en Inteligencia Artificial. Es el décimo cuarto programa de doctorado que tiene la universidad y hay un grupo de académicos y académicas con un desarrollo muy interesante.

Desafíos para su gestión

  • ¿Cuál es el sello que buscará imprimir a la UCN?

Me gustaría que reforzáramos y recuperáramos nuestra identidad, nuestras características, que cuando alguien decida estudiar en la Católica del Norte es porque piensa en una forma, en algo propio, en una universidad que nace por la necesidad de formación y desarrollo de conocimiento en el norte. Es Católica, por eso pone a las personas en el centro y es del norte. A veces en las reflexiones que tenemos en la universidad se dice que del norte es muy acotado, pequeño, pero es desde el norte. Con esa particularidad, ser del norte, para el mundo.

  • ¿Cómo recibe la universidad y cuáles son los desafíos?

Conversando con otros rectores para tener otros puntos de referencias, las universidades las estamos recibiendo en un ambiente social como de miedo, de desencanto. Es una sociedad que tiene miedo, está desconfiada y la universidad no es ajena a ese sentimiento. Por eso me gustaría una universidad que no tenga dudas de que es universidad, que los recibe a todos, no tiene límite, es Católica y del norte. Tiene que ver con identidad, recuperar esperanza, recuperar conversaciones, reflexión, se necesita que los académicos estén en el debate público. Recibo la universidad como está hoy la sociedad, con un estado de ánimo un poco decaído.

  • Quienes saben ciertas materias están en las universidades, pero no necesariamente en el debate público, donde vemos gente que no tiene la profundidad de la reflexión.   

Es un bonito desafío y tiene que ver con lo queremos hacer, porque una cosa es decir que como sociedad estamos un poco desanimados, pero ese es el diagnóstico. La universidad tiene un rol en ese cambio del estado anímico. Hablaba con la seremi del Deporte, nos declaramos piloto para trabajar vida sana, recuperar ligas, los espacios reflexivos, que los pastos sean más que para ir a comer un sándwich, que tengamos más movimiento. Eso lo queremos hacer y no puede ser desordenado, tiene que haber un plan, ser sistemático para que evaluemos si vamos logrando algún cambio.

  • ¿Todavía ocurre lo que pasaba en los 90 y a principios del 2000, que los estudiantes eran la primera generación de profesionales de su familia?

Todavía es un porcentaje importante y eso hace sentir más responsabilidad por lo que hacemos, por nuestros programas. Y las acreditaciones son un medio para ser responsables con esos jóvenes del norte, que como primera generación tal vez no pueden ir a estudiar a una universidad de seis o siete años en Santiago, pero esta universidad no es lo que quedó, sino que tienen una universidad de esa calidad aquí.

  • Un debate que lleva años en Antofagasta es cómo retener el talento que se forma en la región.

En el ámbito minero formamos muchos profesionales y las facilidades de turno hacen que se vayan a Santiago o La Serena. Lo otro es que como ciudad tenemos que ser atractivos, con espacios y estímulos para facilitar la vida familiar, los costos tampoco ayudan mucho.

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