Antes de la agresión que sufrieron nueve funcionarios de Urgencia del Hospital Regional de Antofagasta (HRA) por parte de un paciente psiquiátrico, en la misma unidad hubo hechos similares e incluso más graves. La única diferencia, explicó una enfermera del servicio, es que de lo ocurrido el domingo quedó un registro audiovisual. Luego, la movilización de los profesionales obligó a tomar medidas a la dirección del recinto: entre otros anuncios, adelantaron que este tipo de pacientes ya no estará en Urgencia.
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Tras la pandemia del Covid, los especialistas en salud del HRA advirtieron un explosivo aumento de los pacientes psiquiátricos que llegan a Urgencia, algo que, aseguraron, llevan al menos dos años denunciando sin ser escuchados en profundidad.
Una enfermera del servicio de Urgencia -quien pidió mantener su identidad en reserva- relató que previo al caso de este fin de semana tuvieron otros episodios parecidos, lo que incluso los lleva a pensar que la conducta está siendo imitada, porque varios ingresados han realizado las mismas acciones.
“Hay un box donde están los enfermeros, la sala donde están casi todos los pacientes de salud mental, que no tiene puertas y no hay cómo resguardarse cuando se descompensan o se les responde que no y comienzan a tirar cosas. Una paciente quebró vidrios, se cortó, lanzó bandejas a las enfermeras y las amenazó. De hecho, (el paciente de la agresión del domingo) hoy (ayer) estuvo rondando la Urgencia todo el día, estaba afuera, amenazando y no pudo sacar folio porque la unidad está detenida, solo atiende urgencias vitales. Él seguirá regresando porque es un hospital público y no se le puede negar la atención, pero nadie resguarda a los funcionarios que deben seguir trabajando”, manifestó la profesional.
Ella y varios de sus compañeros han sido agredidos y hasta antes de lo ocurrido el fin de semana, la única solución fue una mesa de trabajo en la que describían los problemas y cuáles serían las causas de las agresiones, algo que califica como soluciones “parche” para tranquilizarlos momentáneamente.
Si no hay imágenes, el reclamo no existe
Otra enfermera -que también pidió resguardo de su identidad- puntualizó que “se está hablando ahora de este tema porque salió un video, pero si no lo hubieran grabado, seguiríamos trabajando en las mismas condiciones. Días anteriores hubo pacientes descompensados de la misma forma, pero nadie se enteró porque no quedó ningún registro audiovisual. La gente reclama y dicen ‘porqué grabaron’, pero no entienden lo que pasaron quienes estaban ahí, desesperados. Este no es un reclamo nuevo, pero si no hay imágenes, lamentablemente no existe”.
Los profesionales recordaron que llevan tiempo denunciando estas situaciones que empeoraron con la pandemia. Han solicitado ayuda, más personal y más resguardo, porque los carabineros no pueden intervenir y registran pacientes con policonsumo que ven la Urgencia casi como un hotel y cuando reciben el alta se descompensan. Esto último fue lo que sucedió el fin de semana.
La enfermera agregó que hace poco tiempo tuvieron el caso de una colega que estuvo colgando en una ventana tratando de salvar a un paciente psiquiátrico. También dijo que cuando una paciente se suicidó en La Portada recibieron muchos cuestionamientos, pero que el público no sabe lo que hay detrás de cada hecho.
“La enfermera a cargo estaba con otro paciente descompensado y que también trató de suicidarse en un box. Ella estaba haciendo contención farmacológica, física y la otra paciente como estaba muy activa, se escapó cuando tuvo la oportunidad. Eso está pasando por la falta de personal y de recursos. Estamos dejando de ver pacientes graves por pacientes que amenazan con matarse si no los atienden. Eso nos tiene con temor, nuestra salud mental está por el suelo, hay sobrecarga laboral y tampoco hay mucho espacio para reclamar, porque nos dicen que la puerta es grande y que muchos están esperando para entrar”, relató la funcionaria.
En otros episodios a uno de sus compañeros le arrojaron un vaso con agua caliente en el rostro, algo de lo que “nadie se enteró de eso porque nadie lo grabó. Lo mismo con una enferma a quien le enterraron una aguja usada en el pecho y estuvo bastante tiempo con tratamiento. Otro enfermero recibió una patada en la cara y le partieron la ceja, pero como no quedan imágenes de esto, nadie sabe lo que pasa”.
Incluso mencionó que en algunas situaciones los mismos pacientes les dicen “soy inimputable porque soy psiquiátrico”. Esto, acompañado de amenazas a un personal con escaso apoyo. También detalló que para vigilarlos mejor sacaron puertas y sellaron ventanas, lo que lleva a que se estresen, salgan a caminar por los pasillos con síndrome de abstinencia, quedando al mismo tiempo expuestos los pacientes infantojuveniles de salud mental con los adultos.
“La unidad tiene unas 56 camas aproximadamente y por lo general, 30 están ocupadas por pacientes de salud mental. Esto implica que los usuarios que esperan atención nos agredan verbalmente, se molestan, nos dicen que no tenemos vocación. La gente está muy agresiva y si esto no se expone seguirá aumentando. Estamos agotados, pedimos ayuda, no pasa nada y ya se ve como algo normalizado que los pacientes descompensados golpeen a los funcionarios. No todos los episodios se están denunciando por eso mismo, porque comienza a verse como algo normalizado”, criticó la enfermera.
Deterioro en las condiciones de vida
La concejala Natalia Sánchez es médico de Urgencia en el HRA y explicó que es necesario recordar que hace tres años, cuando la situación era menos crítica, denunciaron lo que ocurría a través de dos paralizaciones con petitorios al Servicio de Salud de Antofagasta (SSA) y al director del Hospital.
“Vemos un empeoramiento de este tipo de atenciones en el servicio de Urgencia después de la pandemia. Mi análisis es que hubo un deterioro de las condiciones de vida de amplios sectores de la población y la falta de acceso a servicios básicos, la carestía de la vida y el aumento de la pobreza multidimensional en toda la región, empeoraron las condiciones que existían siempre, como los trastornos por el uso de sustancias, de ansiedad, los síndromes suicidas o intentos de suicidio, episodios depresivos o trastornos afectivos. Eso lo ha notificado incluso el referente técnico de Salud Mental del SSA en las distintas instancias”, subrayó.
Las condiciones en la salud pública cambiaron, sostuvo la concejal, los problemas son más críticos y cada vez las condiciones serán peores si no hay una inyección directa de recursos.
“La situación del fin de semana no fue solamente el caso que estaba dando vueltas por las redes sociales, una agresión de parte del paciente en contra de los funcionarios. También durante el día vimos la agresión de una usuaria en contra de sí misma al romper una caja de los equipos contra incendios, se auto infligió una herida de unos 15 cm. La situación fue muy compleja porque con ese mismo vidrio amenazó a los funcionarios”, dijo.
Al final del día, puntualizó la concejal, el personal termina pagando las consecuencias del abandono de una problemática de salud pública.
“Hace un par de años existió hubo una fuga de un paciente con problemas de salud mental. Después de que esto saliera en los medios, la jefatura, el director del hospital atacó fuertemente a los funcionarios que estuvieron en ese caso. Después tuvimos la situación de una mujer que se fugó en dos oportunidades del Servicio de Urgencia y se suicidó en La Portada. Las funcionarias que estuvieron de turno ese día terminaron despedidas, porque se les responsabilizó por la falta de herramientas del servicio para atender prolongadamente estos casos”, señaló Sánchez.
También detalló un episodio a mediados de junio, cuando un paciente contenido farmacológicamente despertó y luego de conversar un rato con las funcionarias se tranquilizó. Sin embargo, las profesionales debían seguir cumpliendo con sus funciones, porque su única tarea no es asegurar la contención de estas personas. Por ello, el paciente pasó la seguridad de la ventana que había instalado la concesionaria, con tornillos de tres centímetros, e intentó lanzarse.
“Esta denuncia la pusieron las trabajadoras en la Mutual, que les dijo que en realidad no era tan grave lo que había pasado, aunque uno de los TENS terminó con un ojo morado, otras niña con un esguince en un dedo, otra TENS quedó con medio cuerpo afuera de la ventana cuando esto sucedió. Todos muy frustrados porque esto sigue ocurriendo y el psicólogo de la Mutual les manifestó que no era tan grave y que regresaran a trabajar al turno. Eso hace poco más de un mes y ahora esta nueva circunstancia, en la que no solamente las condiciones en las que está el servicio de Urgencia para atender este tipo de problemas con falta recursos, no solamente va contra de los funcionarios, también en contra los usuarios”, lamentó.
Medidas para enfrentar el problema
La médico del HRA afirmó que para enfrentar el problema lo primero es las medidas que se apliquen no sean parciales. Esto, porque en casos anteriores en búsqueda de bajar rápidamente las movilizaciones y retomar las funciones, plantearon la necesidad de abrir más camas y hacer más contrataciones. Esta situación va en una línea opuesta a la que han planteado las autoridades sanitarias, incluido el gobierno de Gabriel Boric, mencionó la edil, ya que el director del hospital y el director del SSA en su momento avalaron los despidos de los honorarios Covid.
“Necesitamos contratar trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, psicólogos, médicos, médicos becados de psiquiatría, enfermeras, TENS, auxiliares para abrir más camas. ¿Dónde? En el hospital y eso implica enfrentar de una buena vez por todo el negocio de la concesionaria, que todavía tiene alas cerradas. En una situación de emergencia, el pago a este negocio que se hace con la salud pública con la operadora Siglo XXI tiene que acabarse y no cambiar de concesionaria como plantean parlamentarios, para terminar con el modelo de concesiones, porque los recursos para abrir esas alas pueden usarse para la contratación de personal”, precisó.
Sánchez también propuso utilizar íntegramente el hospital clínico para garantizar la atención a necesidades sin cubrir. Hace un par de semanas, añadió, registraron un alza de casos respiratorios, colapso de las camas críticas y no solamente por la campaña de invierno. En el hospital antiguo, continuó la médico, hay una UCI y una UCO remodelada en el 2018, están nuevas y quedaron abandonadas. “Me pregunto cuál es el conflicto de interés, porque no se puede garantizar por medio de esos recursos resolver esta crisis que es una pandemia y que está siendo cargada sobre los hombros de los funcionarios del servicio de Urgencia, de las distintas unidades de psiquiatría en los Cosam y de los usuarios, quienes ven retrasados atenciones y quedan expuestos a este tipo de problemas”, emplazó Natalia Sánchez.
