Cuando Noelia Figueroa compró el inmueble ubicado en Avenida Rica Aventura, sector norte de Antofagasta tenía en mente la siguiente inversión: arrendarlo como local y con esos ingresos mensuales pagar el dividendo. A su favor jugaba que el sector goza de una pujante actividad comercial, pero todo terminó en pesadilla.
Según cuenta la víctima a Antofagasta TV, en ese momento alquiló la propiedad al negocio de comida rápida «Patatuz», el cual estuvo funcionando en el sector por 5 años. Sin embargo, fueron vecinos del sector quienes le alertaron que el inmueble estaría siendo mal utilizado.
«Yo les pedí la casa a estas personas porque vecinos me habían comentado que eran personas de mal vivir, hacían fiestas y tomateras. Además, que habían construido piezas al fondo del patio que las subarrendaban», indicó al mismo medio, Noelia Figueroa.
Instalaciones extras no permitidas que contaban con precarias conexiones eléctricas e incluso con la sorpresa que cocinaban en el interior de estas improvisadas piezas y cuyos inquilinos – al no tener acceso a agua- hacían sus necesidades en un balde.
«Yo lo único que quería era recuperar mi casa pero ahí comenzó la pesadilla porque tuve que poner abogado y esto empezó a irse a juicio. No querían dejar la casa. Quedaron deudas de aguas y luz», agregó Noelia quien finalmente pudo hacerse nuevamente con el inmueble, pero al ingresar a este se encontró con otra desagradable sorpresa: los ventanales habían sido arrancados, los baños estaban destruidos y había una gran cantidad de basura.
A raíz de todo lo anterior, la propietaria interpuso acciones legales en contra de los ahora exarrendatarios.
«Se desprenden dos tipos de acciones pues hay hurto de las cosas de la casa, daños a la propiedad, y por otro lado está la arista civil que busca obtener una compensación por los daños provocados», indicó a ATV el abogado de Noelia, Jean Mohamed.
Según señala la misma nota televisiva, la empresaria de nacionalidad peruana declinó referirse al tema.
Revisa la nota completa a continuación.