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sábado, 21 diciembre, 2024
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“Tenemos un laboratorio natural y no lo estamos aprovechando tan bien”: Científica habla sobre la importancia del Desierto de Atacama

Valeska Molina, bioquímica y magíster en Astrobiología, desarrolla una investigación que mide espectros de gases de una bacteria con metabolismo ancestral en el desierto para identificar el mismo fenómeno en exoplanetas. La profesional sostuvo que las mujeres cada vez tienen un rol más importante en la ciencia, destacó la importancia de Atacama para varias disciplinas de estudio y cree que falta potenciar el pensamiento crítico en las niñas y niños.

El encuentro con el Desierto de Atacama fue clave para que Valeska Molina se interesara en el estudio de la Astrobiología. Las condiciones extremas de esta zona del país en la que viven microorganismos alentaron la idea de su proyecto de magíster en la Universidad de Antofagasta, con investigación que apunta a la búsqueda de espectros de gases que emite una bacteria en el desierto para identificar el mismo fenómeno en planetas fuera del sistema solar.

La bioquímica es la primera graduada del magíster en Astronomía con mención Astrobiología y pronto cursará un doctorado en Ciencias Planetarias. Su interés por las ciencias duras comenzó a los 14 años cuando leyó un diario sobre las carreras del futuro y, entre ellas, estaba Bioquímica. “Era justamente lo que quería, porque de niña, ignorantemente pensaba que cuando a una persona le decían doctor y se dedicaba a la investigación, básicamente tenía que estudiar medicina para dedicarse a la ciencia. Gracias a esos reportajes me di cuenta que no era así”, explicó.

En el 2016, Molina llegó a Antofagasta desde la Región Metropolitana y relató que estaba acostumbrada a los cerros con árboles, con plantas y paisajes con mucho verde. “Vi los cerros sin nada. Tenía el pensamiento de la mayoría de la gente, que en el desierto no hay vida y lentamente fui aprendiendo de los organismos extremófilos. Es una vida a la que no estamos acostumbrados, algo microscópico y que solo se da en estos ambientes extremos. Vi que la Astrobiología encajaba con los ambientes o condiciones extremas que se pueden encontrar en algunos exoplanetas, cómo se desarrolla la vida en lugares así”, manifestó.

El segundo semestre del 2019 comenzó el postgrado en la Universidad de Antofagasta y a principios de este año defendió su tesis de postítulo. Ahora es profesora asistente en los ramos de Química y Bioquímica para el área de la salud en la Universidad del Alba y destaca el avance de las mujeres en la ciencia, releva la importancia del Desierto de Atacama y cree que se necesita inculcar en las niñas y niños un pensamiento más crítico.

¿Fue complejo pasar de la Bioquímica a estudios vinculados con Astronomía?

Fue difícil porque llegué la magíster en Astronomía con mención en Astrobiología que es una rama bastante dura. Cuando entré fue complejo para todos porque fue como “ella es bióloga y seguramente tendrá problemas con cálculos, fórmulas y la física que hay detrás de la Astronomía”. Tuve casi que estudiar un pregrado de nuevo, pero de manera más condensada, en dos años.

¿Su tesis de magíster apunta a que situaciones que ocurren en el Desierto de Atacama podrían servir para detectar indicios de vida en otros planetas?

Me dediqué al Desierto de Atacama porque me gustan sus condiciones extremas y se puede hacer una analogía a lo que son tierras primitivas. En estas condiciones podemos ver cómo evolucionó y se desarrolló la vida en la Tierra y eso lo extrapolamos a otros planetas, básicamente me baso en atmósferas de explotanetas que están fuera del sistema solar. Tomo microorganismos extremófilos, pero con un metabolismo ancestral (monóxido dióxido de carbono). Ese metabolismo es porque la atmosfera antigua era rica en dióxido de carbono y la unión con la encima es a lo que mido señales espectrales, a través Espectroscopia Raman e Infrarroja. Eso lo comparo con simulaciones de cómo serían las líneas espectrales, solamente del dióxido de carbono, en las atmósferas de estos exoplanetas.

¿Este proyecto tiene una continuación?

La continuación es sacar la química cuántica de esta unión, la medición de los enlaces y proponer las líneas espectrales como patrón para buscar en atmósferas de planeta. El próximo año entro al doctorado en Ciencias Planetarias de la Universidad de Atacama, así que me voy a Copiapó y ya estamos en conversaciones con un grupo multidisciplinario para estudiar la puna. En el magíster me centré en el Salar de Llamara y en una bacteria en particular, pero esto ahora se ampliará a un sector más grande donde podremos establecer mejor los parámetros de lo que son tierras primitivas.

Hay científicos que viajan miles de kilómetros para investigar en zonas del norte de Chile, ¿siente un privilegio tener estas condiciones en el país?

Somos privilegiados porque literalmente tenemos el Desierto de Atacama acá. En lo que sí falta un poco de regulación es cuando vienen los extranjeros a tomar muestras, muchas veces tienen problemas con las comunidades o no sacan los permisos correspondientes y ahí se tienen pequeños roces. Tenemos todo un patrimonio en el desierto, las comunidades están ahí, pero en ocasiones llegan y se llevan las cosas sin percibir la importancia.

¿Qué es para usted el Desierto de Atacama?

Un lugar que reúne condiciones únicas, de hecho, es el desierto más árido cercano a un borde costero, eso algo que no se encuentra en otro lugar, es hiperárido. Si sales a recorrer hacia la zona de Yungay es posible todavía encontrar paleocanales, en otro lugar del mundo creo que sería imposible. Tenemos un laboratorio natural y no lo estamos aprovechando tan bien.

Las condiciones que tenemos y los metabolismos ancestrales de los microorganismos son muy importantes, podemos buscar la forma de extrapolarlos, tal como lo estamos haciendo en nuestro trabajo, para poder encontrarlos en otra atmósfera. Y lo otro son los cielos despejados, lo que contribuye a tener los mejores telescopios del mundo y aquí ya está en construcción el ELT con el que podremos estudiar mejor los exoplanetas y sus atmósferas.

Son sectores que requieren cuidado a todo nivel, desde los turistas que visitan las zonas y dejan botellas o bolsas.

Falta información, mucha divulgación y que esa es una autocrítica para todos los científicos y científicas, porque no nos damos cuenta por dónde estamos caminando. ¿Saben o han visto un paleocanal? Eso es lo que pasa, las personas no se dan cuenta que están sobre uno de ellos y creo que eso es rol de nosotros, difundir esta información desde el cuidado del Desierto de Atacama.

¿Cómo la aparición cada vez con más fuerza de mujeres y adolescentes que se interesan por estas ramas de conocimiento científico?

Ahora es mucho más potente, las mujeres estamos con más fuerza en el tema de la ciencia y nos estamos dando más a conocer. Tenemos más motivación, nos estamos empoderando y sacando investigaciones muy potentes, se presentan proyectos y tenemos ideas tal vez descabelladas para algunos, pero que terminan siendo fuertes. Mi idea de investigación del magíster partió así y terminó teniendo apoyo hasta de la Universidad de Atacama. Tenemos que motivar a las niñas, dar charlas para decirles que sí se puede.

¿En qué materias el país podría hacer más para un mejor desarrollo de toda la juventud científica?

Necesitamos la ciencia en niñas y niños pequeños, porque si vas a un colegio es muy difícil que los alumnos lleguen con un pensamiento crítico, que se pregunten por qué están haciendo lo que hacen. Cuando alcanzan la universidad es con la misma rutina del colegio, de hacer lo que el profesor dice y no se cuestionan el porqué de las cosas. Falta potenciar el pensamiento crítico en las niñas y niños.

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