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Nuestra región emerge próspera en comparación con sus vecinos y nuestro PIB regional en el año 2013 la coloca como la segunda región a nivel país -sólo superada por la región metropolitana- pero estos indicadores contrastan con la calidad de vida de nuestra región y son insuficientes para comprender la complejidad de nuestras realidades.
Qué duda cabe que nuestro país pasa por momentos importantes, abiertos, contradictorios. Los chilenos y chilenas, desde 2011 gracias al despertar ciudadano, estamos cuestionando una forma de convivencia que durante décadas sentimos como “natural”: la indiferencia y la resignación, la poca empatía que mostramos durante años hacia nuestros pares, en Antofagasta hay indignación cuando se estacionan en lugares de minusválidos, también cuando algunos almaceneros que antiguamente eran los que salvaban el bolsillo del menos pudiente se suman a la especulación con sus precios y actúan imaginando que todos sus clientes trabajan en el rubro de la minería lucrando de sobremanera con sus productos, etc.
En nuestra región existen actualmente 35 campamentos; es decir, 3.000 familias según cifras del Gobierno Regional. La cifra va en aumento desde el año 2011 pero todavía no somos capaces de dar una solución planificada de largo plazo hacia ellos, y no estamos considerando a las miles de personas que viven de allegados, en la calle o arrendatarios, los cuales no pueden tener acceso a una vivienda en nuestra región, sobre todo por el alto precio de ellas, dejando excluidas a la clase media y baja, acabando con el sueño de la casa propia.
El tema habitacional empeora si pensamos en la mano de obra “flotante”, tanto nacional como extranjera, las cuales viven hacinadas en conventillos modernos, en los cuales en una pieza podemos encontrar hasta cuatro personas ¿esto es calidad de vida?, claro que no lo es, pero es lo que pueden pagar con los sueldos que ganan mensualmente y es lo a que pueden optar en un mercado inmobiliario tan desajustado a la realidad que vive nuestra comuna.
[blocktext align=»left»]No es posible aceptar cualquier solución, no sólo se trata de más viviendas pues soñamos soluciones dignas e integrales y no soluciones parches. [/blocktext]
Como dato, la revista CAPITAL en el año 2013 nos titula en un reportaje como “Antofagasta o la nueva Dubái”, ahí se hace hincapié en lo caro que es esta ciudad, comparando los precios por metro cuadrado de la avenida Brasil en igual valor que el barrio el Golf de Santiago. En una ciudad en la cual existen grandes cantidades de terrenos fiscales, no hay capacidad de integrar. Tanto organismos comunales y gubernamentales no han encontrado una solución definitiva a la escasez de vivienda y al término de la segregación espacial.
En este punto debemos ser claros, no es posible aceptar cualquier solución, no sólo se trata de más viviendas (menos aún de 45 m2) pues soñamos soluciones dignas e integrales y no soluciones parches para que el propietario “siga ampliando” su propiedad la cual ya está alejada de los servicios necesarios para reproducir una vida digna.
Necesitamos un Ley de Ordenamiento Territorial que asegure que no se construya de manera deplorable, sin asesoría técnica y con el riesgo que implica una construcción de estas características en incendios o terremotos. Exijamos soluciones adecuadas a la realidad, casas con dimensiones acordes a las familias, emplazadas en barrios con áreas verdes, zonas de equipamiento para que finalmente no caigamos en barrios segregadores, oscuros, donde solo vemos el gris de sus construcciones, calles estrechas, sin áreas verdes adecuadas.
Hay que parar de pensar que con eso “basta” para la gente que nunca tuvo algo; eso no es apelar a una política social real sino más bien a querer sacarse de encima lo más pronto posible el reclamo de los que no tienen. Debemos planificar por el bien común y terminar de seguir relegando a la gente de menos recursos a los cerros o barrios del sector norte alto pues con esto no estamos creando una integración en nuestra comuna sino más bien creando verdaderos barrios marginales, en donde muchas veces las casas son usadas para la venta de drogas y donde no existen áreas verdes o equipamiento para demostrarle a la juventud que la droga no es el único camino para salir o escaparse de la pobreza que ven diariamente, donde el terminar siendo mano de obra barata para las grandes empresas sea el futuro que muchos niños y jóvenes tienen.
[blocktext align=»left»]Tenemos una alcaldía preocupada de gastar millones en festivales, de salir a pasear por América para promocionar una copa de fútbol en nuestra ciudad, pero -realmente- qué queremos promocionar.[/blocktext]
Nuestra comuna es altamente desigual. Tenemos una alcaldía preocupada de gastar millones en festivales, de salir a pasear por América para promocionar una copa de fútbol en nuestra ciudad, pero -realmente- qué queremos promocionar ¿la real desigualdad que existe? ¿el basural que lleva años con un traslado ficticio? ¿las pésimas calles por donde transitan los vehículos y aceras peatonales que no integran a las personas con capacidad diferenciada? Necesitamos recuperar nuestras instituciones para ponerlas al servicio de la gente.
Como participantes de Izquierda Ciudadana somos gente normal, con mucho sentido común, ciudadanos haciendo política, pues estamos convencidos que en la medida en que la gente como nosotros ocupe los espacios de toma de decisión estaremos contribuyendo decisivamente a generar cambios y para eso necesitamos del poder que como ciudadanos tenemos. Vamos a gastar tiempo en hacer cumplir a nuestras autoridades con las promesas por las cuales fueron electos y vamos a ganar tiempo organizando a la gente para proyectar un nuevo futuro.
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Interesante columna, pero creo necesario indicar que aparte de los campamentos aún hay 22.000 viviendas sociales en déficit en la REGION , y de acuerdo al último informe de vivienda de la CCHC el escenario en las regiones de Arica y Parinacota, Iquique y Magallanes no es muy distinto al nuestro. Esto válida que la política de vivienda sigue siendo plana, que aplica en la zona centro y nuestros parlamentarios no han querido o podido revertir esto.
Después de 6 años sin construcción de viviendas sociales en la REGION espero que la planificación de Serviu de frutos el 2016 y genere un quiebre para este periodo, los suelos están, el IVA no afecta a las viviendas sociales , los programas de urbanización en marcha, por lo que no hay escusas para que este año sí o si se impulsen las viviendas sociales que tantas familias esperan
Gracias por tu comentario, y la cifra que indicas es efectiva, solo que no la nombre en mi columna, en la region estamos al debe con los ciudadanos de nuestra región y varias mas, es por ello que creo que debemos impulsar una reforma a la vivienda, desde su forma de acceder hasta como construirlas y realmente hacer barrios integrados.