«Si comparas los colegios de elite en Chile van a tener un peor promedio que el 10% de los peores colegios de Shanghai (China)». Así de claro es Cristian Celedón, especialista en educación de la Universidad de Chile, al momento de contextualizar el «anómalo» fenómeno que ocurre en nuestro país con la privatización de la educación. Esto, a raíz del reportaje de Timeline.cl sobre las millonarias colegiaturas que tienen ese tipo de establecimientos en Antofagasta.
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Celedón asegura que Chile es un caso de estudio a nivel mundial por su alto grado de segregación. «Por ejemplo, si analizas los países OCDE y sacas el promedio de la presencia de educación pública en estos, es alrededor del 90%. En Chile la proporción va a entre 35% y 39% público. Obviamente de ahí vienen los particulares subvencionados y los particulares privados. Estos últimos son aproximadamente el 8%. O esa estamos hablando que además Chile es uno de los países del mundo que tiene mayor proporción de participación de privados en educación (particulares y subvencionados). Esto no es normal en los países OCDE».
El mito de los «buenos» colegios privados
El experto aclara que el problema está en que este sistema educativo se concibe como una estructura competitiva privada, y en ese contexto los colegios particulares privados tienen que diferenciar una oferta y lo hacen a través de mecanismos que les permiten buenos resultados. Sin embargo, ahí está el primer mito.
Celedón asegura que si bien, al ver los resultados del Simce, efectivamente los colegios particulares pagados tienen mejores resultados que los subvencionados o públicos. «Entonces eso tiende a pensar que un colegio privado en Antofagasta es mejor que un colegio subvencionado o público, pero eso es bastante engañoso porque ningún estudio es concluyente en indicar que ese resultado del colegio particular privado es asociado a la gestión administrativa del colegio»
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Entonces ¿dónde se marca la diferencia?
No existe ningún estudio que diga «estos colegios son mejores porque la forma de administrarlos es mejor o sus profesores son mejores». Pero sí, la mayoría de los estudios serios llegan a la conclusión que hay una serie de factores que hacen que estos colegios funcionen mejor y uno de esos factores tiene que ver con los bloqueos en los procesos de admisión ¿qué quiere decir? la estrategia segregatoria y discriminatoria de admisión que a nivel mundial se llama el Cream skimming donde yo me aseguro de seleccionar a aquellos estudiantes que por una serie de condiciones me van a arrojar los buenos resultados.
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¿Y qué garantiza esa selección?
La OCDE indica que el resultado del estudiante está directamente relacionado con el nivel socioeconómico del estudiante. Entonces ¿cuál es la forma que tengo para asegurar buenos resultados? es poniendo barreras de entrada respecto a los costos y entre más fuerte y agresiva sea mi barrera de entrada se supone que la lógica es que me voy a asegurar mejores resultados porque efectivamente esa barrera de entrada permite que los estudiantes que ingresen comienzan con cierto capital cultural, social, no solo económico y que obviamente son hijos de padre profesionales, además el colegio particular puede expulsar a los alumnos que tengan malas notas o mal comportamiento (…) Muchos de los expertos explican que estos resultados positivos que tienen los colegios particulares privados no se deben tanto a la gestión del establecimiento sino a esta estrategia de selección. Es asegurarse. Entonces, cuando uno habla de «los buenos colegios en la ciudad» o «los malos colegios en la ciudad» es súper engañoso pues hay otros factores más allá del propio colegio.
Los valores «sin sentido»
Otro de los factores analizados fue el alto valor de las colegiaturas en Antofagasta de cara al arancel del año 2020 en Antofagasta. Valores que, al analizar los costos, «no tienen ningún sentido», indica.
«Estamos hablando que colegios que van en un rango desde los 3 millones hasta los 4 millones y medio anuales. Una de las carreras en Antofagasta con la mayor empleabilidad y con mejores niveles de sueldo es Ingeniería Civil en Minas de la UCN o Ingeniería Comercial de la misma casa de estudios que está top ten de las mejores ingenierías en Chile. Esa carrera tienen un arancel de 4 millones de pesos aproximadamente anual. O sea estamos diciendo que hay colegios particulares en Antofagasta que cuestan más caros que carreras de alta empleabilidad en universidades de prestigio a nivel nacional», asegura.
«Otro ejemplo. Yo soy sicólogo y estudiar sicología en la Universidad de Chile, cuesta al rededor de 3 millones y medio anual. Estamos hablando que estudiar sicología en la Universidad de Chile cuesta más barato que estudiar en la mayoría de estos colegios que aparecen en el reportaje. Entonces estos valores no tienen ningún sentido»
Una buena educación
«¿Qué entendemos por una buena educación?», pregunta Cristian Celedón quien asegura que ahí el tema se vuelve más nebuloso pues son otros los factores que influyen al momento que los padres tomen la decisión.
«No tiene que ver con los resultados en pruebas estandarizadas (Simce) sino que la mayoría de la decisión está determinada por la clase social que compone a los estudiantes de ese colegio. Entonces tiendes a elegir ese colegio por poner a tu hijo con pares iguales y eso asegura acceso a redes, a resultados académicos, porque tu hijo va a tener resultados académicos igual pues vienen de padres profesionales, están en un contexto donde en las mesas se hablan con más palabras, se leen más libros, entonces es difícil que ese niño no vaya a tener resultados por lo medio sobre la media».
Ley de inclusión es la clave
El especialista de la Universidad de Chile ve como buen contrapeso a todo esto, la ley de inclusión. Esto porque asegura que busca minimizar esta privatización a través de tres elementos: la eliminación de los copagos, un sistema de admisión que no discrimina y el fin al lucro.
«Lo que se espera es que el 92% del restante de Chile. Porque ojo, los particulares privados solo atienden al 8% de la población, máximo al 10%. La idea con esta ley de inclusión es que el resto de los chilenos que son 90% que estudian en colegios subvencionados o municipalizados, estudien en una educación mucho más inclusiva, equitativa, que eso no se va a ver ahora sino que se va a ver en el tiempo.
Si ves la diferencia en los puntajes Simce, las brechas entre estudiantes de niveles socio económicos altos y bajos, aunque han disminuido levemente en los últimos años, son aún preocupantes y resaltan esta inequidad. Y claramente, estos mejores puntajes se concentran mayormente en sólo ciertos establecimientos predominantemente privados, que, a través de estos cobros, incrementan la segregación del sistema. Por eso es muy peligroso este funcionamiento y además, es muy contraproducente, considerando el actual contexto de crisis social que vive el país, que estos colegios estén pensando en estos exacerbados niveles de cobros para el 2020», concluye el experto.